Editorial: Perpetuar el ejemplo de los caídos

Un héroe lo es en todos sentidos y maneras, y ante todo, en el corazón y en el alma.

                                 Thomas Carlyle

Como es tradicional este lunes 31 de mayo es Memorial Day, o sea, la jornada señalada para recordar a los héroes, a hombres y mujeres caídos en acciones militares, y vale preguntarse cómo rendir homenaje a una persona que entregó lo más valioso, su vida, en diferentes circunstancias, con la marcada aspiración de conseguir la independencia, preservarla, y paradójicamente con esa acción contribuir a la paz.

Un minuto de silencio, las palabras emotivas, las flores en el panteón, el receso laboral y escolar, las reuniones familiares, son de alguna manera acciones que en Memorial Day -último lunes de mayo-, sirven para recordar a quienes cayeron en acciones bélicas para levantarse con más fuerza en el corazón y la memoria de todos.

Al recordar a los caídos por lo general viene a la mente José Martí, un héroe de la América toda, quien escribió: “Se ha de vivir y morir abrazado a la verdad. Y así, si se cae, se cae en una hermosa compañía...”.

Él dejó sentado: Cuando se muere en brazos de la patria agradecida, la muerte acaba y empieza al fin con el morir la vida.

Se puede recordar a este héroe, a aquel, al de más allá, a tantos, con hermosas palabras, pero homenajearlos un día no tiene mucho sentido, si no se honran a diario con el ejemplo, siendo mejores personas, trabajadores, estudiantes, desde el empleo más encumbrado hasta el más humilde.

Se rinde homenaje a los caídos poniendo el mayor empeño en cada puesto, ofreciendo lo mejor de cada uno, en casa, en la escuela, en el trabajo, en la calle, contribuyendo de paso a desterrar las indisciplinas sociales... hablando de historia a los hijos, ayudando a cruzar la calle a una persona de la tercera edad, al desvalido.

Pueden aprovechar las familias el receso laboral y estudiantil para reunirse, viajar, ir de compras, desfilar, visitar el panteón donde descansan los restos de un familiar, un conocido, o uno de tantos héroes desconocidos, y está muy bien, sin embargo nada como el ejemplo diario.

Cada gesto o acción, cada palabra que incide en la formación de los hijos, el esfuerzo para que sean hombres y mujeres de bien, personas honestas, es también una manera de tener presente a quienes dieron sus vidas por este país, por la paz, por sus ideales. Rendir homenaje hoy y olvidar mañana no es correcto. 

El último lunes de mayo aparte de invitar a volver una y otra vez a la historia, a recordar, honrar a los héroes, debe ser también fecha propicia para trazarse metas, para que el estudiante, el trabajador, la ama de casa, perpetúen con sus acciones el ejemplo de los caídos y decir con sano orgullo: ellos no cayeron en vano.

 

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