Editorial: Paso a la prudencia y la sensatez

¿Cuánto se ha escrito y dicho sobre el Coronavirus desde finales del año pasado a la fecha? Está claro que cualquiera puede contagiarse, pero cuando se siguen las indicaciones, se adoptan las medidas pertinentes, es más difícil.

Quedarse en casa, desinfectar, usar mascarillas (más que todo en lugares públicos), lavarse las manos con frecuencia, respetar el distanciamiento social, evitar las aglomeraciones... se han convertido desde hace unos meses en el abc de cualquier plática.

En Nevada las autoridades han sido en extremo cautelosas, se ha tratado por todos los medios de no dar pasos en falso que pongan en riesgo a la población, de ahí las medidas adoptadas.

La visita del presidente Donald Trump a Las Vegas, su reunión con miles de seguidores -muchos de ellos sin mascarillas- provocó el disgusto de varias personas, entre ellas el gobernador Steve Sisolak, quien argumentó que se ponía en riesgo a muchos nevadenses, y de alguna manera se echaba por la borda el esfuerzo realizado para evitar contagios.

A finales de septiembre el mandatario se reunió con alrededor de 150 personas en la Casa Blanca, específicamente en el Jardín de Rosas, para referirse a los nominados a la Corte Suprema. ¿Alguien se acordó del distanciamiento social? 

Tal vez ahí, o en alguna que otra recepción, se contagió el presidente. Varios de los participantes en esos eventos arrojaron luego resultado positivo al Covid-19.

Claro que es difícil saber con exactitud dónde se contagió Trump, se conjugan la participación en múltiples actividades -reuniones públicas-, quizás su manifiesta resistencia a usar la mascarilla (tal vez con la intención de restarle importancia al virus), pero lo que sí se sabe con certeza es que el viernes 2 fue hospitalizado, aunque ya se encuentra en la Casa Blanca.

El hombre fuerte, el llamado el más poderoso del mundo, el que criticaba una y otra vez a su rival en las venideras elecciones por usar la mascarilla, pedía a gritos se abrieran negocios y escuelas, cedía ante el COVID-19, no pudo evitar ser contagiado.

Estados Unidos pasó el lunes 5 de las 210 mil personas fallecidas, esta enfermedad, que ha puesto al mundo literalmente ‘patas arriba’, no cree en estatus migratorio, posición económica, color de la piel, en edades, y tampoco -se sabe-, no se detiene ante mandatarios.

Las medidas para evitar ser contagiados y contagiar a la familia, a los compañeros de trabajo, están ahí, son de fácil cumplimiento, pero lo correcto es apegarse a ellas, ponerlas en práctica, escuchar a los expertos y actuar en consecuencia.

Cuando no se actúa con la prudencia indicada, se pone a un lado la cautela, la mesura, no se actúa con buen juicio, es lógico afirmar que el riesgo es doble.

Usted no se confíe, no crea que el virus se bate en retirada, por favor, no baje la guardia; lo indicado es cumplir con lo que, una y otra vez, señalan las autoridades sanitarias. Sea sensato.

 

Recuerde que cuando se cuida, se protege, cuida y protege también a su familia, manténgase informado, cumpla las instrucciones para evitar males mayores; si las cifras relacionadas con el Coronavirus muestran una curva de descenso es sinónimo de que se hacen las cosas bien, es una batalla de tiempo, que se gana unidos.

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