Editorial: Para los que saben querer

“Queremos que los niños de América sean hombres que digan lo que piensan, y lo digan bien: hombres elocuentes y sinceros”.

                                                               José Martí

Llega el Día de los Niños y con él la ocasión de escribir para los más pequeños de la casa, para los que saben querer, dijo José Martí, y siempre queda el reto de tratar de ser original. 

Como se sabe hoy, los niños, incluso el futuro bebé, dentro del vientre de su madre, entiende, por esa mágica relación que tienen con mamá, y prefieren ésta o aquella canción. A mi burro/a mi burro/ le duele la cabeza... Tus ojitos vas cerrando... Duérmete mi niño/ duérmete mi amor. ¿Acaso hay una imagen más tierna que la de un bebé durmiendo?

Este sábado 30 es un día de fiesta para los niños en el valle de Las Vegas y más allá, se trata de una jornada prevista a la entrega de juguetes, a fiestas infantiles, canciones y piñatas, carreras y juegos, para pasear y comer en familia, y claro, entrar en contacto con la naturaleza.

Sería excelente que los parques del valle se vieran colmados de público, de padres y abuelos con sus hijos y nietos, jugando todos, platicando, riendo, y lo mismo con los centros comunitarios. 

Es el de los niños un día propicio para ir al cine, jugar futbol, béisbol, baloncesto, ajedrez, correr, ir a la biblioteca, pintar, leer, jugar con los amiguitos, y claro, aprender algo nuevo. 

En varios países no se celebra el Día del Niño este sábado 30, lo hacen en otra fecha, sin embargo la comunidad hispana que reside en el valle es una mezcla, hay gente de todas partes, y la jornada se presenta también como idónea para estrechar vínculos, ver correr y jugar a niños de diferentes nacionalidades, hacer amigos.

Aparte del juego, la risa, la alegría, el pasarla bien, consentir un tanto a los más pequeños, resulta válido que éstos no se vayan a la cama sin haber aprendido algo durante el día, sin conocer un poquito más del país de donde vienen sus padres, de historia, de grandes héroes, de Aquiles y Bolívar, del Rey Arturo, de los líderes de cada país, de los beneficios que reporta el hábito de la lectura. También es bueno ver las cosas con objetividad, muchos niños no pueden celebrar su día, ni siquiera saben que existe, no tienen un pedazo de pan para llevarse a la boca, o un vaso de agua, no conocen los juguetes, nunca han ido a un cine, trabajan desde pequeños, caminan millas para llevar algo de comer a la casa.

 

Tras divertirse, disfrutar, pasarla en grande, es menester emplear parte del tiempo y enseñar a los hijos con el propósito de que conozcan y valoren lo que tienen, analicen que pueden llegar muy lejos gracias a los estudios, que nadie les puede quitar ni robar lo que aprenden bien, pero todo cuesta, lleva una cuota de sacrificio, de esfuerzo. Es aconsejable aprender desde pequeño que el triunfo es de los que sacrifican y que toda la gloria del mundo cabe en un grano de maíz… no se puede perder la humildad. Esos regalos también son valiosos.

 

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