Apenas comienza el 2025, de las fiestas quedan los recuerdos, dan paso a retos que tocan de cerca al país, el estado, la ciudad, las familias, y que es preciso encarar de la mejor manera para salir airosos ante ellos.
Las dificultades económicas, incluida la inflación, afectan de una u otra manera a millones de personas en todas partes (no es algo privativo de los Estados Unidos). Hay muchas expectativas en torno al aspecto económico con la llegada a la presidencia de Donald Trump el venidero lunes 20 de enero.
Los más cautelosos y objetivos prefieren no pronosticar cambio alguno, consideran que es más sensato esperar. De materializarse las amenazas de aranceles a Canadá y México -aunque sea la palabra preferida del mandatario- eso no permite avizorar algo alentador. Entonces no queda de otra que aguardar.
A lo concerniente a la economía, se suman aspectos relevantes, que por supuesto ‘tocan’ o afectan al estado, al Condado Clark, es la seguridad en las escuelas y los resultados mismos de la educación, un aspecto que en gran medida incide en el futuro. Insistir en la calidad de la educación no admite espera, en ese renglón NO SE PUEDE DESMAYAR. Padres, docentes, estudiantes, la comunidad toda, deben perseverar en pos de conseguir mejores dividendos.
Es incuestionable que directivos del Distrito Escolar del Condado Clark, los progenitores, los maestros, alumnos, deben cerrar filas y luchar a brazo partido por conseguir mejores resultados educacionales.
¿Alguien ha pensado en la respuesta que se va a ofrecer a las futuras generaciones cuando cuestionen lo inherente a la educación? El tiempo, como el dinero y la gasolina de avión, literalmente ‘se va’ volando. No se puede dejar para mañana la respuesta, hay que pensar en ella desde ya, y lo que es mejor, trabajar denodadamente por mejores resultados.
La salud, la disciplina social (involucra también el comportamiento a la hora de conducir, el censurable robo de alambres de cobre, por poner dos ejemplos), el empeño porque cada día la ciudad sea más hermosa, limpia, acogedora, son renglones que no pueden descuidarse, al contrario.
A la hora de referirse a los retos, también es loable ‘mirarse por dentro’, empeñarse en ser amables, respetuosos, solidarios, mejorar en esos aspectos, o distinguirse por ponerlos en práctica, dice mucho de cada persona, sin dudas son valores que deben aprenderse en casa, desde pequeños.
Como bien reitera la sicóloga y escritora local Cory Engelmann -oriunda de Ecuador-, es el momento propicio para pasar balance, poner sobre la mesa qué se ha hecho bien, qué urge mejorar, en qué dirección se debe trabajar, sacar provecho del aprendizaje, insistir en lo relacionado con el autoestima, respetar y exigir respeto.
Por bien que esté la economía personal y familia, la salud, los éxitos laborales, los momentos de fracaso, de depresión, están ahí, forman parte del ‘juego’ y es necesario superarlos, contar con personas que apoyen, alienten. Vale vencer los retos.