Editorial: La Tierra... para querer y cuidar

El pasado lunes 22 se celebró el ‘Día Mundial de la Tierra’, se trata de una efemérides relevante... de esas que no pueden pasar inadvertidas. La fecha se fijó hace más de medio siglo.

El objetivo prioritario es llamar la atención, contribuir por encima de todo a crear conciencia sobre la importancia que todos los seres humanos deben sentir por su hábitat, lo que lo rodea, cuidarlo, transmitirlo a las nuevas generaciones. 

La historia precisa que el primer ‘Día Mundial de la Tierra’ se materializó allá por 1970, cuando millones de personas en Estados Unidos, exteriorizaron su preocupación por “la salud” del medio ambiente.

Fue incansable el senador Gaylord Nelson, quien animaba a la gente para que tuviera conciencia de lo dañina que resulta la contaminación, y con ello aprendiera más sobre el planeta, la importancia de protegerlo, de dejar a las futuras generaciones un lugar más acogedor.

Aunque los científicos señalaron que el agujero de la capa de ozono disminuye, lo que es un ‘respiro’, una excelente noticia, cuánto se pueda hacer por preservar el planeta es poco.

Que el agujero de la capa de ozono esté más pequeño no puede traducirse en que el hombre tiene motivos para cruzarse de brazos, considerar que ‘la tarea está hecha’. Nada más lejos de la realidad. 

La humanidad ve con buenos ojos que Estados Unidos, China, Rusia, México, Canadá hagan lo suyo en lo concerniente al cuidado del medio ambiente, cierren fábricas que contaminan, aboguen por la tan necesaria siembra de árboles, ¡cada uno de ellos es un pequeño pulmón!

El gobierno francés se compromete a reducir la contaminación del aire, del agua, del propio suelo, eso se consigue con acciones, cuidando la calidad del agua, poniendo a un lado los productos químicos, los desechos peligrosos... esos que atentan contra la vida.

Es menester aplaudir que la tierra se tome un descanso, se ha abusado mucho de ella. Urge ganar conciencia, saber que los recursos del planeta se agotan. Protener el medio ambiente es un DESAFÍO, debe ser un reto para cada ser humano. 

Cuando se adoptan medidas en favor de la tierra, el hombre cuida con ello su salud, mejora la calidad del agua y el aire. 

El mundo emite señales que NO DEBEN pasar inadvertidas. En muchos lugares la sequía es considerable, pone en riesgo la vida de los hombres, los animales, las plantas... en otros lugares hay inundaciones, que también -por supuesto- resultan un peligro.

Ocurre con el clima, el intenso calor, el frío, las lluvias se hacen sentir o aparecen en lugares donde hasta hace poco llovía esporádicamente. El mensaje del planeta se escucha ALTO y CLARO.

Estaba todo tan deteriorado, animales en vías de extinción, sequías prolongadas, deshielo, altas temperaturas, tala de árboles, océanos contaminados, un medio ambiente enrarecido por el humo y los gases. Es preciso ganar en conciencia, cuidar, preservar. 

Ojalá que el hombre haya aprendido la lección, entendido el mensaje que envía el planeta. Se impone dejar a las futuras generaciones una tierra con ‘salud’ envidiable.

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