Dios te hizo delicada como una flor y fuerte como un roble...
Llega, una vez más, con la premura de siempre, el 8 de marzo ‘Día Internacional de la Mujer’. Sirvan las líneas que siguen como un homenaje a las madres, las esposas, hijas, hermanas, a las compañeras de labor.
José Martí escribió: (…) cuando la mujer culta y virtuosa unge la obra con la miel de su cariño, la obra es invencible.
¡Cuánta claridad y visión en las palabras del más universal de los cubanos!
Por si fuera poco, en sus Versos Sencillos, el maestro, periodista, poeta, traductor, PATRIOTA, dejó sentado: ¿De mujer? Pues puede ser/que mueras de su mordida/pero no empañes tu vida/diciendo mal de mujer.
Cómo no reparar en las palabras que escribió a su madre: “Yo, sin cesar, pienso en usted... conmigo va siempre, en mi creciente y necesaria agonía, el recuerdo de mi madre”.
La mujer, hacendosa, delicada, ha sabido crecerse ante las adversidades, su entrega no conoce límite: científica, maestra, médico, artista, escritora, deportista, economista, emprendedora siempre, madre, hija, hermana, compañera siempre. Merece el próximo 8 el mejor de los días. Hoy se puede proclamar a los cuatro vientos que cerca de 80 mujeres han volado al espacio. Son las justas y necesarias conquistas. ¡Qué enorme muestra de superación!
Un objetivo primordial de la fecha en cuestión, celebrada en todas partes, es valorar la lucha incesante de las mujeres por su desarrollo integral, su participación en la sociedad, su igualdad con el hombre.
El derecho al voto, al trabajo, a la superación y formación profesional, a ser tratada en todas partes con justicia, respeto, hablan a las claras de las conquistas conseguidas por la mujer, y en ello tiene mucho que ver la celebración del ‘Día Internacional de la Mujer’.
No pasa inadvertido que es también un merecido homenaje a las 128 mujeres que perdieron la vida en la ‘Textilera Cotton’, en Nueva York.
A aquellas, a las costureras, planchadoras, activistas que marcharon por las calles de Nueva York prestas a exigir igualdad de derecho, mejores condiciones de trabajo, requerir se les concediera un descanso para amamantar a sus bebés. La lucha no fue en vano, el sacrificio, el valor, el perseverar rindieron frutos.
A las madres solteras, a las que trabajan o cuidan de la familia en casa, a quienes todos los días hacen valer su desvelo e insisten en una educación de calidad para los hijos, MUCHAS FELICIDADES.
A las que en diferentes puestos de labor ponen su mayor empeño en obtener un resultado de calidad, a las que se dedican a la política y ratifican que sus representados no se equivocaron al depositar en ellas su confianza. Magnífico 8 de Marzo.
A las parejas hacendosas, dedicadas, que cierran filas con sus esposos y luchan por un mejor porvenir, educan a sus hijos sobre la base del respeto, el reconocimiento y felicitación.
Llegue a todas el saludo afectuoso de los dueños y empleados de este semanario. Gracias por estar.