Editorial: La luz, una amiga imprescindible

Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz. 

(Génesis 1:3)

Este sábado 16 es el ‘Día Internacional de la Luz’, una amiga tan conocida como necesaria; justo es reconocer que se derrocha, y pocas, muy pocas personas tienen la conciencia de ahorrarla.  

No hay la menor duda de que si un día faltara la luz, no por un rato, unas horas, sino por varios días, semanas, el grito se escucharía -literalmente- en el cielo. Tan necesaria es.

Sucede que en muchos países, que haya luz (eléctrica) de manera estable un día, y otro día, y otro, es sencillamente un acontecimiento, algo noticioso.

Como se sabe, el sol es imprescindible para la vida en el llamado planeta tierra, es vital para las plantas y los animales, y por supuesto también para el hombre, no por gusto es la fuente energética por excelencia.

Por mucho avance tecnológico, termoeléctricas que resultan una aliada inestimable en lo concerniente a la energía, el sol sin dudas, continúa ‘tributanto’ luz, calor, e incidiendo en el clima con un rol protagónico que no se puede obviar. ¿Se le ocurre a alguien considerar la vida (como se conoce) sin el sol? Es difícil, por no decir imposible.

Esta es la tercera vez que se va a conmemorar en el mundo el Día Internacional de la Luz, la fecha -16 de mayo-, fue instaurada por la UNESCO a finales del 2017.

La ocasión, coronavirus aparte (porque la pandemia lo ha trastocado todo), es propicia para celebrar de alguna manera el hecho mismo de poder contar con la luz, sus ventajas, sus numerosos beneficios en diversos ámbitos de la sociedad.

La luz tiene una repercusión significativa en todo el quehacer del hombre, en sus avances científicos, por un lado la medicina, la  tecnología, y por otro  es indispensable la luz y la energía en sectores tan relevantes como la agricultura.

En la Biblia, el libro más famoso de todos los tiempos, que resiste el paso de los años con la vigencia del primer día, se menciona la palabra luz en numerosas oportunidades, en ocasiones con diferentes conceptos o lecturas.

Por ejemplo, dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz. (Génesis 1:3)

O cuando Jesús expresa: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida. (Juan 8:12)

Se menciona también en (Mateo 5:14 al 16): Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.

Este día es incuestionablemente una fecha magnífica para, en medio de la cuarentena indicada por las autoridades locales, ganar conciencia sobre la necesidad de la luz, cómo aprovecharla de la mejor manera, y claro, enseñar a los más pequeños de casa todo sobre este valioso recurso.

Que la luz está ligada a la vida misma, es una verdad tan grande como una casa, por eso es menester, urge emplearla de la manera más provechosa, y ahorrarla, no hay otra opción.

 

Top