Hace días, en el transcurso de una reunión editorial con los colaboradores de este semanario, comentábamos que el 2017 fue un año particularmente difícil.
La madre naturaleza nos dejó sentir su enorme poder y puso a prueba nuestra capacidad de respuesta ante fenómenos como huracanes, sismos e incendios, todo eso aunado a las tragedias que protagonizaron personas desequilibradas, como quien perpetró la masacre más infame en el historia del país; un individuo que disparó contra una multitud que disfrutaba los acordes de un cantante en el festival de música country que se llevó a cabo frente al Mandalay Bay, de esta ciudad. Las 58 personas que perdieron la vida y los cientos de afectados también tendrán un amargo recuerdo del 2017.
Los terroristas siguieron tratando de imponer, de una manera vil y cobarde, su ideología en ciudades como París y Nueva York, eso aunado a los miles de muertos que ha dejado el enfrentamiento de bandas rivales por el control de lucrativas rutas al servicio del narcotráfico en México, las exhalaciones del volcán Popocatépetl y los sismos de septiembre hacen, también para los mexicanos de allá –y de acá- un año que afortunadamente ya está por terminar.
El miedo es una respuesta natural del cuerpo ante el peligro, ciertamente es una sensación desagradable y puede presentarse debido a un suceso pasado o futuro, es difícil de controlar y provoca todo tipo de reacciones.
El terror es el sentimiento de miedo en su escala máxima.
En los albores del año nuevo, para festejar su llegada, las autoridades han anunciado un plan de contingencia que contempla la movilización de casi todos los efectivos disponibles, de todas las corporaciones en el sur de Nevada.
Estamos viviendo las consecuencias de conductas anómalas, padecemos las secuelas de la desintegración familiar, el bajo mundo de las adicciones, un conductor arrolló a tres inocentes y no lo hizo bajo el influjo del alcohol, pero si de alguna sustancia estimulante, como lo es la mariguana, cuyo consumo recreativo es legal en el estado. A todo esto se tienen que enfrentar los agentes del orden.
Sobre la mayor tragedia del 2017 en esta ciudad, la masacre del festival, expertos han manifestado que el devastador evento, la horrible tragedia afectará a todas las familias de las víctimas para siempre, tendrá repercusiones de largo plazo en el turismo que viene a esta ciudad, y coinciden en que fue un llamado de alerta para redoblar esfuerzos en la implementación de medidas de seguridad para la gente.
Si ve algo sospechoso, repórtelo a las autoridades, si sabe de algo o de alguien que represente un peligro para la ciudadanía, repórtelo, esa es una manera efectiva de colaborar con nuestra propia seguridad.
Con todo, es importante redoblar esfuerzos para seguir adelante en la vida.
Con un panorama tan sombrío, es fundamental mantener la calma, el ánimo arriba, ser positivos; al final del túnel se avisora una luz de esperanza. Cuando la noche es más oscura es porque pronto amanecerá.
¡Feliz Año Nuevo 2018!
