Editorial: La familia y la diabetes

Noviembre en Estados Unidos es el mes dedicado a promover la lucha contra la diabetes, y el día 14 se dedica a la misma causa según la Organización Mundial de la Salud y la Federación Internacional de esta enfermedad. Nos preguntamos ¿qué tanto saben los padres de familia acerca de este padecimiento y qué tan alertados están para evitarla con sus hijos?

En esta edición tenemos información sobre el tema y el lector podrá darse cuenta que las autoridades muestran preocupación por el incremento de casos. 

La gente debe informarse acerca de la diabetes, tomar acciones preventivas o si ya se padece también informarse y llevar un control de la enrermedad. En todos los casos la mejor manera es con Información, buena alimentación y ejercicio. 

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) la diabetes es una enfermedad crónica que aparece cuando el páncreas no produce insulina suficiente o cuando el organismo no utiliza eficazmente la insulina que produce. El efecto de la diabetes no controlada es la hiperglucemia (aumento del azúcar en la sangre).

La diabetes de tipo 1 (anteriormente denominada diabetes insulinodependiente o juvenil) se caracteriza por la ausencia de síntesis de insulina.

La diabetes de tipo 2 (llamada anteriormente diabetes no insulinodependiente o del adulto) tiene su origen en la incapacidad del cuerpo para utilizar eficazmente la insulina, lo que a menudo es consecuencia del exceso de peso o la inactividad física.

La diabetes gestacional es otro tipo, que corresponde a una hiperglicemia que se detecta por primera vez durante el embarazo.

Cuando se escucha diabetes por lo general se piensa en adultos. Sin embargo cada vez es más frecuente escuchar a las autoridades sanitarias -no solo en los Estados Unidos-  informar que niños y adolescentes están desarrollando diabetes. ¿Los niños? Se supone que la diabetes afecta a los adultos por sobrepeso, inactividad, herencia genética o excesos en el modo de vivir. 

Los niños (incluidos los adolescentes) por su naturaleza son activos, hacen ejercicio y comen porque su desarrollo se los demanda. Pero los cambios en el comportamiento social, las costumbres en el hogar parece que están del lado de la diabetes y no de la salud. Comida “chatarra”, desbalanceada y uso de aparatos electrónicos con la inactividad física contribuyen a la diabetes.

Aquí es donde los padres de familia son indispensables. Es su responsabilidad cuidar que sus hijos no desarrollen diabetes; es su responsabilidad prevenir, detener o controlar la diabetes. Y para ello, otra vez, deben informarse, hacer que sus hijos se alimenten sano y que hagan ejercicio. Pero no solo en noviembre, sino todo el año.

 

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