Los gobiernos de México y Estados Unidos hacen ingentes esfuerzos por resolver la difícil situación creada en la frontera sur, a la que llegan miles de personas con una aspiración: llegar a este país y materializar el llamado ‘sueño americano’.
La frontera sur de México tiene más de mil 200 kilómetros de extensión, incluye los estados de Tabasco, Chiapas, Quintana Roo y Campeche, además limita con Guatemala y Belice.
Gobiernos corruptos, miseria, desempleo, violencia, adicciones, además de los estragos causados por fenómenos naturales, son algunos de los aspectos que mueven, motivan a los emigrantes a buscar otros horizontes.
Cualquier ser humano -en las condiciones que aquellos enfrentan- actuaría de forma parecida, sin embargo las leyes hay que RESPETARLAS.
La administración Biden no rechaza la emigración, pero exige orden, que las cosas se hagan dentro de la legalidad. Es lógico, nadie quiere que alguien arribe a su país y esgrima: “estoy aquí porque llegué”... abra las puertas. Sencillamente así no es.
Más de 4 mil menores han llegado a las fronteras sin acompañantes... ¿cuáles son los planes de sus padres? Será que el sueño es que esos niños crezcan y salgan adelante en los Estados Unidos. Quién les asegura que los pequeños no se van a perder, ceder ante las adicciones, ser abusados, pueden incluso no verlos más.
Claro que para juzgar a esos padres hay que verse en sus zapatos, sin embargo hay salidas -o intentos de salidas- realmente caras, tristes, dolorosas.
Los gobiernos de México y Estados Unidos no se cruzan de brazos, buscan soluciones inmediatas al problema, tratan de organizar las cosas de la mejor manera. Aunque la emigración siempre está ahí, lo más probable es que esas avalanchas a tan pocos días de Biden asumir la presidencia “sorprendieran” a muchos y por supuesto no estuvieran creadas las condiciones.
La administración tiene problemas cruciales que atender: convencer de la cifra de dinero para resarcir la economía, encarar todo lo concerniente al Covid 19, dos asuntos peliagudos en extremo, pero la cantidad de emigrantes en la frontera con México deseosos de llegar a EEUU es una situación de esas que no pueden postergarse, como no puede posponerse lo de los menores solos.
Centenares de agentes de la Guardia Nacional de México se desplegaron en la frontera sur, con la misión de detener el paso a los emigrantes, enviarlos a sus respectivos lugares de origen.
Como quiera que recientemente tuvo lugar una reunión virtual entre los presidentes Andrés Manuel López Obrador y Joe Biden, a la que siguió la llegada de la vacuna AstraZeneca para millones de mexicanos, muchos aseguran que el mandatario estadounidense exigió la detención de los emigrantes a cambio de las inmunizaciones.
En medio de la problemática, algo se cae por su propio peso, muchas personas escaparán de sus respectivos países en busca de mejor vida, sin embargo es menester garantizar la seguridad en las fronteras. No hay de otra. Es una prioridad.