Los aranceles que el gobierno de los Estados Unidos pretende aplicar a los productos mexicanos a partir del próximo lunes 10 (5 por ciento, que puede ascender hasta 25 por ciento en octubre), por no poner freno a la inmigración indocumentada que atraviesa su país para llegar a Estados Unidos resulta un tema candente en extremo, y por supuesto trae consigo una larga cola de comentarios.
Algunos expertos consideran que las empresas estadounidenses instaladas en México no van a regresar a los Estados Unidos, otros van más lejos y vaticinan que tal postura por parte del presidente Donald Trump tendrá un costo político-electoral contrario a los intereses del mandatario, además de encontronazos con demócratas y republicanos.
Andrés Manuel López Obrador (AMLO), presidente de México, haciendo gala de optimismo, envió una carta a su colega apelando a la amistad de muchos años, a las relaciones, y hasta a la vencidad. Muy elegante la misiva, pero... ¿tendrá efecto? Trump subrayó que México apela al diálogo, pero lleva un cuarto de siglo platicando, cuando lo que hace falta son acciones. Desconoce o le parece insuficiente el desempeño de Inmigración, las detenciones, las cifras de devueltos a sus países de origen. Que Trump formalizara sus amenazas en un comunicado y no como lo había hecho antes a través de las redes sociales ameritaba, dicen los especialistas, una respuesta contundente y se le dio. En México muchos hablan de dignidad, esgrimen lo relevante de dialogar, pero no ponen a un lado el hecho mismo de que todo tiene un límite, hasta hablan de la ‘Ley del Talión’, ojo por ojo y diente por diente.
Aunque AMLO ha reiterado que México no alberga interés en tener fricciones con el poderoso vecino del norte.
Las acciones planteadas por el presidente Trump deben incidir en la firma del Tratado entre México, EU y Canadá (T-MEC), para el primero y el tercero el segundo dejará de ser un socio confiable, es un ‘aliado impredecible.
Una delegación de alto nivel de México, con el canciller Marcelo Ebrard al frente, viajó a EU para sostener el miércoles 5 una reunión con el vicepresidente estadunidense Mike Pence y el secretario de Estado, Mike Pompeo. La intención es buena, sin embargo desde Londres Trump adelantó que si México no aplica medidas para frenar las caravanas de inmigrantes lo de los aranceles va. Si Trump apunta a los inmigrantes como peligro a la seguridad nacional, tendrá apoyo porque es un tema muy sensible. Precisó que México, desde su perspectiva, puede detener ese flujo de inmigrantes, también debe hacerlo con el de drogas ilegales. Desde su campaña presidencial el mandatario ha esgrimido como bandera que México es la causa de la mayoría de los males de los EU...
Si México demuestra que adopta medidas con a los inmigrantes -sin documentos- que usan su territorio rumbo a EU, los aranceles a sus exportaciones quedarían sin aplicarse, dijo el asesor comercial de la Casa Blanca, Peter Navarro. Entre las medidas mencionó la detención de todos los migrantes y aplicarles las leyes migratorias mexicanas, que aseguró son mucho más fuertes que las estadunidenses.
El ‘tira y encoge’ guarda sus mayores emociones para el final. ¿Qué va a pasar en los próximos días? México insiste en el diálogo. Tal vez como Don Quijote, haya que decir: “Cosas veremos Sancho”. La mesa está servida.