Hay amigos, hay familias, y luego hay amigos que se convierten en familia
Avanza raudo agosto, sin embargo las jornadas más recientes de julio trajeron consigo un día que no puede pasar inadvertido: el dedicado en todo el mundo a la AMISTAD.
A veces estar con tu mejor amigo es toda la ayuda que necesitas. La frase es una verdad tan grande como un barco. El 30 de julio es el Día Mundial de la Amistad.
La Asamblea General de la ONU declaró la fecha hace 13 años, en el 2011, con la marcada intención de propiciar la amistad entre los pueblos, las naciones, las culturas y por supuesto, las personas. Se trata sin dudas de un objetivo noble, esperanzador.
Se trata de una jornada en honor a ese sentimiento desinteresado que es capaz de unir a personas diferentes, romper fronteras y tender lazos de solidaridad, más que todo sobre la base del respeto, la solidaridad.
La prioridad de la ONU, en tal sentido está relacionada con transmitir el referido este sentimiento, que éste se entienda y vea como una herramienta indispensable para la paz, poner fin a la violencia, a la pobreza, y de paso, apoyados en la amistad, contribuir a una sociedad más justa y sostenible. Sencillamente no es una utopía, se puede lograr.
Está muy lejos la invención del agua tibia, el hilo negro, hacerle un hueco al macarrón, al advertir que uno de los mayores secretos de la felicidad estriba en la amistad, compartir con amigos, disfrutar en ocasiones de una amistad que resiste el paso del tiempo sin mellarse, muchas veces aunque los amigos pasen tiempo sin verse.
Alguien afirmó que mantener y cuidar a los amigos clasifica como uno de los ejercicios más interesantes que se pueden materializar, pues trae aparejada una existencia más rica, y de paso más interesante.
La literatura no es -ni remotamente- ajena al sentimiento de la amistad, ahí están los ejemplos de Don Quijote y Sancho Panza, de Aquiles y Patroclo, Sherlock Holmes y Watson, los mosqueteros más famosos (Athos, Porthos, Aramís y D’Artagnan), además de Tom Sawyer y Huckleberry Finn. Creados gracias a la imaginación de varios autores, la amistad que se profesan estos personajes son un verdadero ejemplo.
Tiene un valor, un significado tan alto la amistad, que el escritor Robert Louis Stevenson afirmó: Mientras se tenga al menos un amigo, nadie es inútil.
Compartir la alegría, los éxitos del otro, estar presto a brindar el hombro, un consejo oportuno, unas palabras de aliento en los momentos difíciles, son muestras de amistad. No es preciso verse ni platicar todos los días, lo que es un imperativo es el respeto, por encima incluso de compartir o no las mismas ideas, creencias, preferencias. Con el respeto por delante -siempre- la amistad se abre paso, se impone. No puede perderse de vista que ‘Aún más raro que el amor verdadero, es la amistad verdadera’. Por eso las personas de más experiencia sugieren que cuando se haga la lista de los amigos se escriba con lápiz... no con bolígrafo.