Editorial: Enfermeras... tan nobles como dignas

Una vida entregada a la dedicación y cuidado de los demás

Hay muchas profesiones, oficios dignos, y entre ellos sobresale, por derecho propio, el de las enfermeras, ejemplo de entrega, dedicación y desvelo.

Hace mucho tomó fuerza esta frase: “si salvas una vida eres un héroe, pero si salvas 100 vidas eres una enfermera”. Este jueves 12 se celebró en todas partes el ‘Día Internacional de las Enfermeras’.

Alguien escribió “enfermeras... ustedes son el corazón del cuidado”. 

La inolvidable Florence Nightingale, enfermera inglesa de abnegación ejemplar, dejó sentado que la ‘enfermería es un llamado superior, un llamado honorable; el honor radica en el amor por la perfección, la consistencia y en el trabajo duro para conseguirla’. A ella corresponde la fundación de la primera escuela de enfermeras profesionales.

Por si fuera poco el Consejo Internacional de Enfermería definió: “Comprende atención aut#ónoma y colaboradora de personas de todas las edades, incluye la promoción de salud, prevención de enfermedades, atención del enfermo, el discapacitado, manejo del sistema de salud y del paciente hospitalizado, además de la educación preventiva, son roles que competen a la enfermera”.

La propia Nightingale enfatizó: “la enfermería es el acto de utilizar el entorno del paciente para ayudarlo en su curación”.

Las facultades relacionadas, en diferentes países, resaltan: “la enfermería se dedica al cuidado ietegral del individuo, la familia y la comunidad en todas las etapas del ciclo vital”.

Cuánto se ha escrito sobre esta profesión tan noble, que desde épocas inmemoriales se dedica a prevenir y curar, con el único interés de que las personas sanen o sencillamente no se enfermen, todo ello sobre la base del esmero y el cuidado.

Resaltar el empeño de las enfermeras, lo noble de la enfermería, va más allá de lo escrito, de lo platicado en diferentes escenarios, por ello no sorprende en lo más mínimo que su labor se haya visto reflejada en el cine, en la literatura, la pintura, y otras manifestaciones artísticas, en el justo afán de destacar todo lo que ellas hacen y lo que significan.

Desde asistir en un parto, una cesárea, a los heridos en un accidente, ellas se hacen sentir, al igual que en el salón de operaciones, prodigan cuidados, alientan, por eso su desempeño no debe pasar nunca inadvertido, por el contrario, es ponderado por profesionales de la salud, pacientes, familiares, y el justo agradecimiento no se hace -no se debe hacer- esperar.

Sin dudas las enfermeras (os) tienen ante sí una misión en extremo exigente, que requiere de conocimientos, vocación, altruismo, todo ello junto a un servicio amable, pues no se debe perder de vista que el paciente, sus familiares (por lo general), viven momentos tensos, con la sensibilidad a flor de piel.

 

A quienes hacen de la enfermería una profesión diligente, de marcada relevancia, felicitaciones. No falten nunca.

Top