Editorial: Elecciones adelantadas... la importancia que requieren

Hasta el venidero 30 de este mes se podrá tomar parte o acudir a materializar la votación temprana, que inició el pasado sábado 17, concluida esta etapa los nevadenses registrados sólo podrán ejercer su derecho al voto el 3 de noviembre.

La votación adelantada -y esto es algo digno de subrayar- quiere decir exactamente eso, que se adelanta, es más temprano, antes que la fecha prevista para el trascendental acontecimiento, en este caso el martes 3 de noviembre.

En ningún caso ‘votación temprana’ quiere decir “apresurada”, “contrareloj”, o algo de que lo que es preciso salir cuanto antes... NOOOO.

La votación adelantada, en la que se prevé tomen parte miles de electores en Nevada, requiere, exige tanta responsabilidad como la del 3 de noviembre; las elecciones se llevan a cabo un día laboral (y no un día cualquiera), siempre el primer martes, tras el primer lunes de noviembre.

No se trata de acudir a las urnas ‘para que no toquen más en la puerta o dejen publicidad’, es un deber que se debe cumplir con el mayor conocimiento de causa posible; además de elegir al presidente, los votantes podrán escoger a sus representantes a instancia estatal, votar a favor o en contra de quienes -en su opinión- reportarían cambios favorables en Nevada, en la comunidad, en la familia.

De los dos candidatos a la presidencia (Donald Trump y Joe Biden) los electores pueden votar por quien deseen, pero responsabilidad, conceder a la acción la importancia que tiene, pasa por el análisis de la trayectoria, la experiencia, los resultados, cómo creen que pueden encarar problemas medulares entre los que se enumeran salud, economía, migración, relaciones internacionales, creación de empleo, educación... es aquí donde pesa más lo realizado (o dejado de hacer) que las promesas.

Por otro lado el voto popular -voto recibido por cada candidato- no es precisamente el que decide el ganador de los comicios, al presidente de los Estados Unidos no lo elige el pueblo, depende de lo que se denomina ‘colegio electoral’, de ahí que algunos estados (sean más importantes) que otros para los candidatos. Los estados con más delegados son California, Texas, Nueva York, Florida, Illinois y Pensilvania. Dicho de otra manera se puede ganar el voto popular y no ganar las elecciones, tal como ocurrió a Al Gore o a Hillary Clinton -ambos demócratas-, en el 2000 y 2016, respectivamente.

Trump y Biden -como han hecho otros candidatos en diferentes momentos- realizan esfuerzos significativos por asegurarse el cada vez más creciente voto hispano, ese que algunos llaman ‘gigante dormido’ y que una vez por todas debe despertar. Los reiterados viajes a Florida, por ejemplo, no son casuales.

No basta la acción de votar para cumplir un deber ciudadano, es importante votar por quien mejor pueda servir al país, informarse, valorar, poner en una balanza lo que cada candidato ha hecho bien o mal, si ha decepcionado en renglones relevantes. Quien tenga la posibilidad de votar debe hacerlo, y hacerlo bien.

Top