Este viernes 7 es el ‘Día Internacional de la Conservación del Suelo’. Así se instauró desde 1963. Dicho así pudiera ser algo baladí... nada más lejos de la realidad. Se trata de algo relevante, imprescindible.
La conservación del suelo es algo RELEVANTE, es indiscutiblemente un punto clave de la agricultura, más que todo de la llamada agricultura ecológica.
Consideran los expertos -lo han reiterado- que gracias a una correcta conservación del suelo se puede conseguir un buen rendimiento en el campo hoy y mañana, y lo que es mejor, sin tener que depender de productos químicos que dañan.
Sugieren además que la agricultura orgánica, la rotación de los cultivos, poner en práctica la agricultura de conservación, contribuyen a preservar la biodiversidad de los suelos. Estos métodos, apuntan, aumentan de manera sostenible la productividad agrícola sin degradar recursos tan importantes como el suelo y agua.
Sin equívocos, el suelo es donde todo comienza. Lamentablemente los suelos son un recurso no renovable. Se necesitan mil años para que se forme un centímetro de suelo.
Los suelos sostienen la producción de alimentos, filtran el agua, resultan la fuente de muchos medicamentos, ayudan a enfrentar el cambio climático.
Sin dudas suelos saludables garantizan seguridad alimentaria, proporcionan mejores medios de subsistencia y reducen la migración forzada, dan alimentos y empleos.
Millones de personas abandonan sus hogares, huyen de la violencia, la corrupción, la miseria, pero también de los problemas ambientales, entre los que se incluye la erosión del suelo, la desertificación, la deforestación y por supuesto la intensa y prolongada sequía.
Es innegable que cuanto más saludable es el suelo, mejor será la cosecha; el suelo es un recurso no renovable y su preservación es esencial para la seguridad alimentaria.
Los suelos, advierten los especialistas, constituyen la cuarta parte de la biodiversidad de nuestro planeta. No se puede perder de vista, argumentan, que hay más organismos vivos en una cucharada de tierra que personas en el planeta.
Pero todo lo concerniente al suelo, los cuidados, lo que reporta, no es cuestión del 7 de julio, de cuidarlo o platicar de él y su importancia, es algo que es menester tener presente cada día del año... en él comenzó la vida, fue preciso antes y ahora poder contar con el suelo, cuanto brinda, porque sencillamente es indispensable para la existencia del hombre, los animales y las plantas. Está ligado a la vida.
Cuidar, prodigar cuidados con esmero al suelo no es algo que se puede dejar para mañana, el hombre no podrá mañana disponer de otro suelo, además, es muy difícil, demorará años que pueda recuperarse del daño que se le cause, sin importar las circunstancias.
Evitar la quema, no compactar el suelo, fomentar la diversidad de cultivo, no usar fertilizantes, son algunas de las actividades que el hombre puede materializar con la vista puesta en el cuidado que exige, requiere el suelo si realmente se quiere contar con un suelo sano, ese que en gran medida garantiza, aporta a la alimentación.