Editorial: El respeto... del dicho al hecho

La frase sobre la paz y el respeto que esgrimió Benito Juárez no pierde vigencia. Lo concerniente al asunto puede palparse a diario, en los salones de clases, en los hogares, en los negocios, en las calles de la ciudad.

¿Cuántas veces ha encontrado a conductores que no respetan el derecho de vía? Y lo que es peor, el falta de respeto va acompañado de su familia, es -sencillamente- lo que enseña a sus hijos, él sirve como patrón a su descendencia sobre cómo debe comportarse en lo que de seguro considera una jungla.

Como el padre trata a su esposa en casa (y viceversa), quieren algunos estudiantes tratar a sus compañeros e incluso a los maestros en las escuelas.

Si no se hace gala de respeto, convivencia, ¿se puede pretender que los hijos lo hagan en los lugares donde se desenvuelven?  

Volviendo al comportamiento de ‘algunos’ conductores (as), que es en la vía donde pueden coincidir más personas, la falta de respeto en ocasiones va más allá de “tirarle la troca encima al vehículo más pequeño”, el no detenerse en el stop, el adelantamiento indebido, salen a relucir quienes tienen “inclinaciones literarias” y exhiben textos groseros, que hablan a las claras de ellos mismos.

No se puede poner a un lado que “uno debe respetar si quiere ser respetado”.   

El respeto es uno de los valores que debe distinguir a toda persona.

Se considera que las muestras de respeto están relacionadas con cuestiones morales y éticas; el respeto en las relaciones interpersonales comienzan... ¡con el individuo! Quien no se respeta es difícil que pueda respetar a otros.  

Es relevante tener en cuenta que a las personas se les debe respeto, son seres humanos, y ES IMPRESCINDIBLE ENSEÑAR A LOS NIÑOS EL RESPETO Y CONSIDERACION QUE MERECEN LOS DEMAS.

Se trata de un valor que permite al ser humano reconocer, aceptar, valorar las cualidades del prójimo, es el reconocimiento del valor propio y de los derechos de los individuos. No hay razón para no reparar en los demás, tratar de adelantarle, ofenderlo, exhibir textos groseros, que dicen mucho de quien lo escribió o porta. Ojo, también merecen respeto las autoridades, las leyes.

El respeto es una cualidad positiva inherente a la acción de respetar, no es descabellado señalar que se trata de uno de los valores morales más importantes del ser humano, es indispensable para la interacción, además, debe ser mutuo para que ‘nazca’ un sentimiento de reciprocidad.

Para ser respetado es menester respetar, tener en cuenta a los demás. Respetar, pensar, actuar teniendo en cuenta a los demás (y a uno mismo), es el proceder correcto, sin importar si otra persona es diferente. Desde una perspectiva respetuosa es correcto valorar y aceptar las diferencias de los demás.

Ser amable, no discriminar, respetar los espacios individuales, las diferencias, las posiciones, escuchar cuando alguien habla, no levantar la voz, diferir respetuosamente, porque se puede estar en desacuerdo sin ‘herir’ la dignidad del interlocutor, son muestras de respeto.  

El respeto no es privativo de los seres humanos, se debe respetar a la naturaleza, y esto se demuestra cuidándola.

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