La existencia del semanario El Mundo -a punto de cumplir 42 años-, tiene mucho que ver con su apego a la comunidad, el quehacer de la gente, los anunciantes.
Desde aquel lejano junio de 1980 en que Eddie Escobedo Sr. dotó a la gente de Las Vegas -inmigrantes sobre todo- de un periódico, para que se informaran, conocieran, en su propio idioma, llamando las cosas por su nombre, hasta hoy, El Mundo no se aparta de la comunidad ni un centímetro... por encima de todo ahí radica su valía.
Lo que faltaba de conocimiento periodístico, se suplió con unas ganas enormes de trabajar, de llegar a la gente, de decirle como son y se hacen las cosas; Eddie Escobedo Sr., su familia, amigos allegados, cada uno desde su puesto, se las ingenió para publicar informaciones, entrevistas, comentarios, crónicas, reportajes sobre diferentes temas, valoraciones... la entrega, las madrugadas, la marcada vocación por entregar un producto acabado, era -es- el mejor reconocimiento a la comunidad. Y al periódico mismo, sencillamente porque honrar honra.
Se dice fácil, pero resulta en extremo meritorio estar junto a la gente por 42 años. Hoy vale la pena ‘desandar’ el camino, ellos, los fundadores, de alguna forma enseñaron el sendero a seguir, aquellos primeros ejemplares, con virtudes y errores, constituyen una especie de ‘hoja de ruta’, marcaron pauta y eso no se puede echar en saco roto. No puede ni debe pasar inadvertido.
Pocos, optimistas ciento por ciento, pudieron percatarse de que ‘nacía’ entonces, crecía, se desarrollaba, un periódico que 42 años después muestra, de manera convincente, sin tapujos, que su prioridad es precisamente la comunidad.
El tiempo no se detiene. Los tiempos cambian, la tecnología se impone, se empeña en decir la última palabra, sin embargo en periodismo las vivencias y los sentimientos cuentan, la sensibilidad, el apego a la verdad, el profesionalismo... y eso son aspectos vitales que El Mundo no descuida. Por el contrario, los tiene en cuenta, los hace valer.
Son 42 largos años y el deseo de hacer no decae, el equipo de trabajo que con responsabilidad encara cada semana, enfrenta retos, pero los asume como puntos de partida, deseoso de informar siempre, de educar, de valorar.
Es un semanario que buscan quienes llevan años en Las Vegas, y los recién llegados, personas de diferentes edades e intereses, deseosos de saber dónde pueden trabajar, en qué político confiar. O conocer mejor a este vecino, a un viejo amigo, que se pasa la vida haciendo, construyendo, amando. Y El Mundo lo resalta.
Estas líneas no son para engrandecer, confirman lo que la gente sabe, El Mundo ha podido navegar a toda vela -en tiempos de vacas gordas- y también contra la corriente, cuesta arriba, de la mano de buenos amigos, de su colectivo, sus columnistas, y por supuesto a la lealtad de sus lectores, porque El Mundo, como los hombres, comprende que su deber es estar donde es más útil.
Quedan atrás 42 años desde la salida del primer ejemplar, hay un sólido vínculo entre el semanario y sus lectores, los anunciantes, una relación que puede ‘encerrarse’ en una sola palabra: GRACIAS.