El domingo 21 se cumplen exactamente 21 años de que en el mundo se celebre el llamado ‘Día Internacional de la Lengua Materna’, algo que quizás a algunos le diga muy poco, sin embargo resulta trascendental, vital para la comunicación, el transmitir conocimientos y cultura.
Aunque el ‘Día Internacional de la Lengua Materna’ fue aprobado por la Organizacion de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) en 1999 a propuesta de estudiosos de Bangladesh, país del sur de Asia con más de 160 millones de habitantes, no fue hasta el 2000 que la celebración se extendió a todas partes.
Los miembros de la UNESCO, conscientes de lo relevante de la lengua materna, incitan o exhortan a los países a cultivar una educación -en edades tempranas- de la lengua materna. La atención y la misma educación en la primera infancia resultan capitales para el aprendizaje.
¿Se puede aprender sin conocer la lengua materna? Sin dudas es muy difícil. Como dijo el poeta ‘primero es lo primero’.
Entonces este domingo 21 no puede pasar inadvertido, por el contrario, debe convertirse en un llamado a los padres, los maestros, educadores, las personas encargadas de formular políticas de aprendizaje o enseñanza, a impulsar o referirse a la importancia que incuestionablemente tiene la lengua materna, conocer el idioma del país donde se nace.
Párrafo aparte para el multilingüismo, la diversidad, sobre todo porque a partir del año próximo y hasta el 2032 -precisamente por su importancia- la Organización de las Naciones Unidas (ONU) promueve el llamado decenio internacional de las lenguas indígenas.
Los idiomas sin dudas tienen mucho que ver con la identidad, la educación, la comunicación, el insertarse en la sociedad... inciden directamente en el desarrollo y en la preservación de la cultura, de las costumbres y tradiciones.
Cuando se pierde un idioma, una lengua, se pierde también la diversidad cultural, las posibilidades de mantener vivas tradiciones, expresiones, todo un patrimonio cultural. Es un lujo que el hombre no se debe dar, pero...
No se deben aceptar verdades a medias, las costumbres, las tradiciones, la diversidad, el multilingüismo, la cultura misma, se mantienen gracias a la preservación y dominio de las lenguas maternas.
Por lo anterior cobra mayor importancia incentivar el aprendizaje desde la primera infancia, cuando el pequeño es esa especie de ‘esponja’ que lo absorbe todo y hace suyo el idioma, la lengua del lugar donde nació. En lo que tiene que ver con las lenguas, es doloroso, pero es la verdad y es preciso hacer todo por evitar que suceda, de las alrededor de 600 lenguas que se hablan en el mundo el 43 por ciento corre el riesgo de desaparecer, y con esa cifra todo lo demás inherente a la cultura, a la diversidad misma.
Es menester cuidar de todas las lenguas, preservar los conocimientos, hacer algo en favor de las culturas tradicionales.