Editorial: El hermoso gesto de dar gracias

Cuando lea estas líneas millones de personas se habrán sentado a la mesa para cenar en familia y dar gracias por tantas cosas iguales y diferentes, porque sencillamente lo más importante es agradecer, un gesto tan noble como hermoso, al que no debe renunciar ningún ser humano.

Hay tantas cosas por las que agradecer, la salud, la familia, el techo, los amigos, el tener trabajo para llevar el sustento a casa... el amanecer todos los días, los alimentos; la lista sin dudas es extensa. Y qué bueno que existe la posibilidad de reunirse en familia, con amigos, vecinos, para disfrutar los alimentos y AGRADECER.

Para referirse al ‘Día de Acción de Gracias’ hay que volver la vista atrás, es una tradición que involucra a estadounidenses y candienses, se centra sobre todo en agradecer por la abundante cosecha. Es una costumbre que resiste el paso de los años, y lo que es mejor, debe permanecer.

Al remover los recuerdos, el ‘Día de Acción de Gracias’ fue proclamado por el entonces presidente Abraham Lincoln, en 1863, él apuntó que la fecha debía celebrarse el último jueves de noviembre. En 1941 el Congreso de los Estados Unidos declaró la fecha como festiva a instancia nacional.

Pero... ¿cuánto tiene de hermoso y noble agradecer?  Los textos bíblicos dejan sentado que es preciso ser agradecidos -sin importar las circunstancias- en las buenas y en las malas. 

Resaltan además los mencionados textos: “estén siempre alegres, oren sin cesar, den gracias a Dios sin importar la situación, pues esa es su voluntad”.

No hay dudas de que la fecha de acción de gracias clasifica como una de las más hermosas del año, es el momento de celebrar a los seres queridos, la salud, los alimentos, y agradecer a Dios. 

Se siente una enorme satisfacción interior al orar, dar gracias por todo, haya sido un año bueno o no. Bien lo deja sentado la Biblia “ser agradecidos en toda circunstancia”. Algo que no debe ser tomado nunca a la ligera.

“Alaba alma mía al Señor y no olvides ninguno de sus beneficios”.

¿Cuánto regocija ver a la familia reunida a la mesa, disfrutando de los alimentos, DANDO GRACIAS. Así debe ser siempre, agradecer por los familiares, los amigos, por la salud y la prosperidad, incluso por tener la posibilidad de ayudar a otros, de tenderles las manos porque atraviesan un momento difícil.

Resulta tan importante agradecer, ayudar a otros, que al hacerlo se siente un gran regocijo interior, una especie de satisfacción que de alguna manera es inexplicable ¿cómo al dar es la persona que lo hace quien recibe? Quizás haya que buscar la ansiada explicación en los mencionados textos de la Biblia, que vuelven, resaltan el asunto de agradecer en más de una oportunidad.

Tal vez durante la cena usted o alguien de su familia extrañaron a un ser querido, alguien que lamentablemente ya no los acompaña, que bueno que recuerdan a esa persona, hay que dar gracias también por haberla conocido, disfrutado de ella, de su cariño y enseñanzas, eleve sus ojos al cielo y de gracias al Señor.

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