Cuando se agradece se habla con el corazón
La palabra GRACIAS es una de las más bonitas del diccionario. Ser agradecido es un signo de grandeza y poder.
Se ha comprobado, de manera reiterada, que ser agradecido reporta muchos beneficios, en el aspecto mental, emocional, y hasta en lo físico... es un valor, un costumbre a practicar siempre.
No basta con decir gracias, es preciso ser agradecidos. La gratitud contribuye a mejorar las relaciones con otras personas, incluso con la propia familia.
El jueves más reciente fue el Día de Acción de Gracias. Una jornada propicia para juntarse y dar gracias por todo.
Cuando se agradece a alguien por unas palabras amables, un presente, una ayuda, un gesto, se facilita que esa persona se sienta valorada, que es apreciada, es una manera de mantener las puertas abiertas siempre.
La gratitud va más allá de las buenas costumbres, es una forma de pensar y una forma de vivir.
La gratitud es muy saludable.
El Día de Acción de Gracias o ‘Thanksgiving’ marca el inicio a la celebración de la Navidad, es una de las fechas más hermossas, específicamente por su significado, lo que representa para la sociedad y la familia.
Considerada como una de las fiestas originalmente estadounidense, para comprender la esencia de su celebración, es menester viajar en la historia hasta 1620 con los primeros peregrinos que llegaron procedentes de Inglaterra al continente americano en el barco Mayflower y desembarcaron en Plymouth.
A su llegada, los peregrinos son recibidos de manera amistosa por los indios nativos de Massachusetts, quienes comparten con los recién llegados sus conocimientos sobre las cosechas en esta tierra, además de enseñarles a cazar y a curar la carne de los animales de la zona.
Debido a esto cuando llegó el otoño de 1621 los colonos, decidieron invitar a los nativos a celebrar la cosecha y para agradecerles por todo lo que les habían enseñado.
Corren tiempos difíciles, más que todo por el considerable alza de los precios de artículos de primera necesidad, y por consiguiente las afectaciones económicas, sin embargo, en medio de tantas dificultades, no puede faltar el ser agradecidos, el dar gracias por todo, y ser optimistas.
El último jueves de noviembre es la fecha idonea para reunirse en familia, con amigos, vecinos, y agradecer. Es válido alzar los ojos al cielo y subrayar: “No hay suficientes palabras para agradecer todo cuanto has hecho por mí”.
También es hermoso volverse y decir a la personas que tiene al lado: “Cada día me doy cuenta de lo afortunado que soy de tenerte en mi vida”.
El Día de Acción de Gracias, llama precisamente a eso, a agradecer al Creador por las bendiciones derramadas, por la oportunidad de tener techo, comida y sustento. Una familia agradecida es la base de una comunidad próspera.
Es correcto apuntar: “Gracias porque eres una luz en mi camino”.