El alma que hablar puede con los ojos, también puede besar con la mirada
Gustavo Adolfo Bécquer
Este domingo 14 es sin dudas una jornada hermosa, y no puede ser de otra forma cuando una fecha se dedica al amor y la amistad, dos sentimientos tan hermosos como sublimes.
Algunas historias refieren que un sacerdote, contra las órdenes de un gobierno dictador, casaba a las parejas de enamorados creyentes, de manera clandestina les otorgaba la bendición del matrimonio a aquellas parejas que deseaban unir sus vidas para siempre; el sacerdote fue recordado como santo (San Valentín), y se instituyó un día en su recuerdo: el 14. Con razón se ha reiterado que “Donde reina el amor sobran las leyes”,
Está claro que el amor no es para recordar u homenajear un día, como el dedicado a las madres, al amor se le debe tener presente todo el año; debía ser sinónimo de entrega, respeto, consideración...
Por supuesto no faltan quienes aseguran que el verdadero amor sólo puede manifestarse cuando se abre el corazón de par en par, con absoluta confianza, sin miedos.
El afamado escritor Truman Capote afirmó: “el amor, por no tener geografía, no conoce límites”. Samuel Richardson, por su parte, subrayó: “El amor hará pasar un elefante por una cerradura”. Entonces vale preguntarse, qué no podrá conseguir una persona enamorada.
“Te amo más que a mi propia piel”, advirtió la reconocida y apasionada Frida Kahlo. Ni corto ni perezoso Lord Byron apuntó: “No hay instinto como el instinto del corazón”.
Respecto a la amistad, es una relación entre dos o más personas que se comprenden, sienten cariño, son capaces de sacrificarse sin pedir o esperar nada a cambio... los amigos son exactamente eso, la familia que se puede escoger.
Se trata de una relación afectiva sobre la base de la lealtad y la confianza, la generosidad, la sinceridad, sin mirar qué se puede obtener a cambio de ella.
Una verdadera amistad -algo bien escaso, por cierto- debe ser cuidada, y no precisa de la cercanía física, es la que resiste el paso del tiempo, asentada también en el respeto y el desinterés, por demás, no entiende de edad ni sexo, de preferencias religiosas, políticas, culturales... la amistad puede aparecer de diferentes formas, incluso entre una persona y un animal.
Hay muchos tipos de amistad, pero lo más aconsejable es fomentar, tratar de alimentar, de mantener viva la llamada amistad verdadera, esa que valora la bueno y lo virtuoso, cuando los amigos no molestan, es más, disfrutan de estar juntos, compartir momentos, pláticas, analizar sus desacuerdos sin imponerse uno al otro, comparten las alegrías y se hace más llevadera la adversidad, los verdaderos amigos crecen juntos como personas.
El amor y la amistad son dos de los más hermosos sentimientos que un ser humano puede ‘presumir’. No es extraño que entre enamorados se comenten: pensando en la felicidad me acordé de ti.