Editorial: El agua... un asunto que toca a todos

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Desde el domingo 26 al viernes 31 del presente mes se lleva a cabo la denominada Semana Mundial del Agua. No se trata, ni remotamente de una noticia cualquiera, una más de las que todos los días se dan a conocer, no, menos aun para quienes viven en lo que antes fue un desierto.

Se trata de un evento anual que en esta oportunidad reunirá a un grupo de expertos en asuntos relacionados con el agua, se debatirán proyectos, la mayoría de ellos encaminados al esfuerzo que corresponde hacer para ahorrar el agua, intercambiar ideas, fomentar iniciativas... con un denominador común: el agua y lo que urge hacer.

Está claro que resulta relevante todo lo que se ‘desprenda’ de las reuniones que tendrán lugar durante esos seis días, pero, aquí viene algo no menos importante, los residentes en el valle no pueden darse el lujo de esperar los resultados,  seminarios, informes y acuerdos... cómo encarar la situación del agua, saber que cada vez se dispone de menos, exige acciones que no se pueden posponer; que conste, no se trata solo de actuar para ver descender la factura del agua, lo que de por sí es muy conveniente.

¿Se ha preguntado qué debo hacer para ahorrar agua? Tal vez sea preciso comenzar por ahí, y de paso preguntar a todos en la casa, a continuación platicar sobre algunas medidas que pueden ayudar a preservar el vital líquido.

Ingerir agua, la cocción de alimentos, ducharse para mantener la higiene personal, son cosas de todos los días; resulta clave no dejar la llave abierta al cepillarse, afeitarse, ni al lavar los trastes.

Se puede hacer mucho en casa para ahorrar agua, desde no malgastarla al ducharse, hasta aplicar el sistema de riego por goteo, y aquí vale apuntar que personal especializado del Distrito de Agua del Sur de Nevada organiza talleres en los que instruye sobre esto. Es imprescindible estar atentos a los salideros en los baños y la cocina, hay que tener conciencia de que ese goteo cuesta caro en todos los sentidos.

Muchos de los que llegan a Las Vegas se resisten a creer cómo se puede garantizar el abasto de agua -en lo que era un desierto-, a cerca de 2 millones de residentes, sin obviar, por supuesto, a unos 38 millones de visitantes cada año, y lo que es peor, con un lago que cada vez tiene menos agua. Entonces, dicen, cómo no falta el agua en los hoteles, en las fuentes, da la impresión, agregan, de que les sobra, y eso en una zona extremadamente seca, es casi un espejismo.

Pues claro, se han adoptado (y adoptan) medidas, mucha gente en Las Vegas se preocupó y ocupó de la situación, empeorada en los últimos 20 años; cruzarse de brazos en un asunto como este no es una opción. Ese mismo desvelo la llevó a trabajar de manera que la mayoría de los turistas regresa a sus hogares sin imaginarse siquiera la tesonera e inteligente labor que hay detrás de esa aparente ‘abundancia’.

 

Las personas asentadas en el valle obtienen el líquido del Lago Mead y la cuenca del río Colorado, que dicho sea de paso se comparte con otras ciudades. A punto de comenzar la Semana Mundial de Agua, sirvan estas líneas como un llamado a ahorrar, o dicho de otra forma, a no despilfarrar. Tan solo imagínese un día sin agua.

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