Editorial: Cuidar el medio ambiente compete a todos

Es cuestión de lógica, de poner en práctica el sexto sentido, aunque para muchos es el menos común de los sentidos. El hombre debe cuidar el medio ambiente, sencillamente porque es su hábitat.

No es obvio destacar que este jueves 26 fue el ‘Día Mundial de la Educación Ambiental’. Todo pudiera resumirse con estas palabras: la especie que no cuide su habitat corre el riesgo de extinguirse.

Dedicar (en el mundo) un día a la educación ambiental es algo sin dudas excelente. Es preciso cuidar la tierra, ahorrar el agua, velar por la calidad del aire, todo ello es tan importante como saber porqué es relevante preservar.

El objetivo fundamental de la jornada que llama a enfatizar en el cuidado del medio ambiente es que las personas, millones de personas en todas partes, ganen en conciencia, aprendan lo que significa cuidar el medio ambiente.

No hay término medio, la educación ambiental DEBE SER un proceso permanente vinculado a las necesidades, para dar respuesta correcta ante las innegables crisis que de una forma u otra afectan al planeta.

La tala indiscriminada de árboles, la erosión de la tierra, la contaminación de las aguas, animales en vías de extinción o extinguidos, dan una idea exacta de cuánto ha “cuidado” el hombre su habitat. Y ni hablar de las emisiones de los vehículos.

La educación ambiental tiene que ver precisamente con todo lo anterior. Se da por sentado que un hombre precavido, que mira al presente y al futuro, cuida el medio ambiente por lo que éste tiene que ver con la vida.

Pero qué responderá ese mismo hombre a sus hijos, a sus nietos, cuando le pregunten por el planeta-desastre en que les tocará vivir.

Ríos que han perdido su cauce, incendios forestales, una tierra dañada que demorará años (cuidados por medio) para recuperarse forman parte de un cúmulo de acciones que han tenido al hombre como protagonista. Es triste, constituye una vergüenza dejar a las futuras generaciones un planeta tan deteriorado, sobre todo si ese deterioro se debe precisamente al accionar del hombre, a su espíritu egoísta e irresponsable.

La educación ambiental cobra cada vez más un rol relevante. Padres, hijos, especialistas, deben poner el mayor énfasis en aprender, resaltar la importancia de cuidar el hábitat, es algo que no admite la menor discusión. Son muchas y variadas las formas de concientizar sobre el impacto del ser humano sobre el medio ambiente. Se trata de crear con el concurso de todos un futuro sostenible para el planeta. No sirve voltear la cabeza, mirar a otro lado.  

La protección de la diversidad, la conservación de los bosques, los océanos, la lucha contra el cambio climático, el uso de energías renovables, el respaldo a los considerados ecosistemas frágiles, deben ser una prioridad.

Todo ello tiene que ver con la educación ambiental, aparte del cuidado, es importante ganar en conciencia sobre lo que significa velar por el hábitat. En ello se debe reflexionar, más allá del jueves 26 y los demás días.

Top