Ante las atrocidades tenemos que tomar partido. El silencio estimula al verdugo... Elie Wiesel
No quiere decir no. Resulta sencillo, sin embargo muchas personas no lo entienden (o no lo quieren entender), de ahí que la violencia sexual le estrope, afecte la vida de tantas personas.
Claro que se trata -literalmente- de una acción abominable, digna del más crudo rechazo, que data de muchos años, siglos, y sólo la postura vertical de mujeres y hombres ha venido a frenar un tanto lo que (como se mire) no resulta más que un bochorno. Hay que buscar las raíces en los siglos de dominación masculina, la desigualdad de género que alimenta la cultura de la violación y un troglodita quiere salirse con la suya, abusar, como si viviera en la época de las cavernas, y la mujer debe ser un ente sumiso, débil, presta a ceder. Nooooooooo.
Una arista que no puede ponerse a un lado, obviarse, en lo que tiene que ver con el asalto sexual, resulta el hecho de que para la comunidad hispana en gran medida platicar de esto es algo tabú, una especie de ‘terreno minado’, del que es mejor NO HABLAR.
Craso error. Es muy importante conocer, cerrar filas contra ese flagelo. Esos argumentos de que ‘vestía provocadoramente’, ‘se había dado unos tragos’, ‘baila muy sensual, provocativamente’, ‘se me estaba insinuando’, ‘la carne es débil’... sinceramente no sirven de nada, o dicho de otra forma no justifican un asalto sexual, el tener que recurrir a la violencia para conseguir el objetivo de poseer a una mujer.
Las estadísticas dejan sentado que entre los hispanos los reportes de violencia sexual ante las autoridades no alcanzan cifras considerables (aunque algunos asegurar que la situación va cambiando). Lo que es peor, de ese tema tan ‘espinoso’ no se habla, las víctimas no buscan ayuda, prefieren callar por temor al abusador, por vergüenza, incluso por miedo al qué dirán.
Es bueno que las mujeres sepan -y algunos hombres-, que hay organizaciones para atender estos casos, con profesionales que brindan un excelente servicio, gratuito y estrictamente confidencial.
Los asaltos sexuales, la censurable violencia sexual, causan traumas (físicos, sexuales y sicológicos) que en ocasiones acompañan de por vida, es una acción definida entre dos o más personas, sin el consentimiento de una de ellas.
No resulta ni remotamente descabellado afirmar que el abuso sexual a mujeres y niñas es también una violación de los derechos humanos, del que se habla poco, y el perpetrador disfruta su ruin acción, mientars la víctima se consume entre la estigmatización y la verg üenza.
Hace alrededor de dos décadas en los Estados Unidos se designó abril como el Mes dirigido a la Concientización sobre la Violencia Sexual, entonces es preciso hablar, reportar, denunciar, no importa que se trate del ‘compañero sentimental’.
Corresponde a la sociedad toda cerrar filas ante la violencia de sexo. No vale guardar silencio.