Los niños son la esperanza del mundo... José Martí
Concluye mayo, y sería injusto que finalizara sin referirse a José Martí, de quien el pasado 19 se cumplieron 127 años de su caída en combate... considerado con justeza el más universal de los cubanos.
Poeta, escritor, ensayista, maestro, periodista, traductor, político, filósofo, luchador incansable por la independencia de su país, hizo tanto Martí en sólo 42 años (de su nacimiento en 1853 hasta su muerte en 1895) que resulta imposible abarcar su desempeño en unas pocas líneas.
Escribió para los niños -es imprescindible acudir a ‘La edad de oro’-, a sus poemas sobre el amor, a la patria, a América toda, y por supuesto, a la amistad. No se puede olvidar su carta al excepcional amigo, al mexicano Manuel Mercado, fechada el 18 de mayo de 1895, a pocas horas de caer ante el fuego español.
‘Tiene el leopardo un abrigo/ en el monte seco y pardo/yo tengo más que el leopardo/porque tengo un buen amigo.
Fue Martí quien aseveró: “Para los niños trabajamos, porque ellos son los que saben querer, porque ellos son la esperanza del mundo”.
Refiriéndose al amor, sostuvo: “Es tan bella mi Carmen, es tan bella/que si el cielo la atmósfera vacía/dejase, de su luz dice una estrella/que en el alma de Carmen la hallaría”.
Su poema ‘La niña de Guatemala’ es, por encima de todo, una manera de expresar el amor puro valiéndose de los símbolos, mientras ‘Ismaelillo’ recoge los versos que dedica a su hijo.
Qué decir de ‘Cultivo una rosa blanca’, los versos ‘Y para el cruel que me arranca/el corazón con que vivo/cardo ni ortiga cultivo/cultivo una rosa blanca’.
El Maestro pone a un lado el odio, el rencor, para tender su mano, un mensaje cuya validez llega hasta hoy. Qué bueno sería ponerlo en práctica.
Claro que Martí escribió a su madre, le dedicó sentidos versos y varias cartas. ‘Porque es muy grato, sobre la frente, sentir el roce de un beso ardiente, que de otra boca nunca es igual’.
Las primeras líneas llaman la atención sobre el vínculo entre el magnífico poeta y los niños, y es que aparte de todo lo que escribió para los más pequeños de casa, este sábado 28 es el ‘Día Internacional del Juego’, y nunca es ocioso resaltar la importancia del mismo en la formación y desarrollo de los menores.
No puede pasar inadvertido que el juego es una actividad fundamental, en las diferentes etapas de la niñez, es relevante para el desarrollo y aprendizaje de los niños, imprescindible, pues facilita el socializar, el dejar volar la imaginación, exteriorizar la idea que tienen los pequeños del mundo que les rodea, motiva su creatividad.
Gracias al juego, aprenden a luchar o enfrentan múltiples emociones, definitivamente los niños tienen el control de todo, es precisamente apoyados en el juego donde ven aumentar sus habilidades, su desarrollo mental y físico; pueden jugar con su (s) amigos imaginarios o con los amiguitos y la familia. Bienvenido el juego infantil.