Editorial: Chávez y su legado de siempre

Hay quienes luchan un día y son buenos. Hay otros que luchan un año y son mejores. Hay quienes luchan muchos años y son muy buenos. Pero los hay que luchan toda la vida, esos son los imprescindibles.    Bertolt Brecht

El pasado jueves 31 de marzo César Chávez, líder de los trabajadores del campo, hubiera cumplido 89 años. Falleció el 23 de abril de 1993, a la edad de 66 años. Desde bien temprano adoptó una postura viril al erguirse en defensa de lo que consideraba sus derechos y el de muchos como él. Sin haber cumplido 20 años sirvió en la Marina de los Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial.

Las circunstancias llevaron a su familia a moverse a diferentes lugares en busca de trabajo, y al pequeño Chávez a cursar estudios de primaria en múltiples escuelas, hasta que abandonó los estudios para dedicarse a la cosecha de frutas y vegetales en los campos de California, con el objetivo de contribuir a la economía familiar. Conoció la pobreza, la discriminación, el abuso y el fuerte trabajo mal remunerado. De su madre aprendió que la violencia y el egoísmo no conducían a ningún lado. Trabajó a tiempo completo en los viñedos.

En 1952 se unió a la llamada Organización de Servicios a la Comunidad e inició la creación de un sindicato que reuniera a los trabajadores del campo, una organización que devino en el Comité Organizador Unido de los Trabajadores Campesinos, del que Chávez fue su presidente. Ya era un luchador en favor del cambio, en busca de mejores salarios y condiciones para el agricultor. Motivaba a los mexico-americanos a registrarse y votar 

Atrajo la atención a instancia nacional al liderar una huelga por mejores salarios para los recolectores de uva en California y luego llamar a un boicot sobre este producto.

Viajó por muchos lugares, incitando, convocando a la gente, pronunció discursos, hizo ayunos, se manifestó en contra del uso de pesticidas en las plantaciones de uva, se declaró un defensor del trabajador migrante, entre muchas otras acciones.

Chávez, por supuesto, también tuvo -y tiene- detractores, críticos, algunos consideran debió hacer más, sin embargo es válido tener en cuenta la época que le tocó vivir, su educación, el ambiente en que se crió y otros aspectos.

Lo más importante, aparte de lo que consiguió, es que la comunidad hispana del valle no lo olvida, lo tiene presente, lo considera un baluarte en la lucha por los derechos, valora en su justa medida su desvelo y su lucha.

 

El soñado Camino César Chávez ya es una realidad, como lo son los eventos de recordación que cada año organiza el Concilio de Las Vegas y el Concejal Bob Coffin para rendirle tributo en las proximidades del Gary Reese Freedom Park y reúnen a muchos jóvenes que mantienen vivo el legado, la bandera del líder de los trabajadores del campo. 

 

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