Editorial: Caucus, Francisco y bautismo masivo

La escena política hierve con intensidad en los días previos a la realización del caucus, tanto del partido Demócrata -sábado 20-, como del Republicano -martes 23-.

Por ambos partidos han llegado al estado de Nevada prominentes figuras, quienes hacen el último esfuerzo por canalizar el voto latino, un electorado que cada día adquiere mayor relevancia, no tanto por sus números, sino por el incremento en su poder adquisitivo.

En este contexto, las campañas demócratas parecen ofrecer una alternativa asequible en el rubro migratorio, una de las mayores preocupaciones para muchos ciudadanos de origen hispano, personas que llegaron -en muchos casos- huyendo de la pobreza, la inseguridad, la falta de oportunidades y la represión de sus respectivos gobiernos.

La retórica antiinmigrante será derrotada en las urnas.

La gente vive momentos de zozobra respecto a su futuro inmediato, la separación de familias es un flagelo que debe detenerse, los estudiantes indocumentados merecen la oportunidad de desarrollo íntegro, merecen una oportunidad de sumarse al aparato productivocon el entusiasmo característico de la juventud, la planta laboral debe robustecerse para diversificar nuestra economía, los habitantes del sur de Nevada merecen gozar del bienestar que significa el sueño americano, el bienestar que una nación fuerte y diversa como los Estados Unidos de América promulgan en el mundo entero.

Estos días son importantes, porque, entre otras cosas, existe la oportunidad de apoyar o repudiar a las propuestas electorales de los candidatos, está latente la obligación de hacer valer los derechos, de responder a las necesidades inmediatas que aquejan a las comunidades. Es preciso ser congruentes con las convicciones, cualesquiera que sean. Es importante cumplir con la obligación ciudadana, vote demócrata o republicano, por el partido de su preferencia, pero vote, no permita que otros decidan por usted. De otra forma, tampoco se queje.

Por otro lado, la visita del Papa Francisco a México acaparó los titulares en muchos medios noticiosos. La histórica visita del jerarca de la iglesia Católica a la república mexicana dejó una estela de reconciliación entre la población que pudo atestiguar con fe, la enorme capacidad de movilización que tiene Francisco. Un peregrino que tuvo, a sus casi 80 años, la energía de visitar la Ciudad de México; Ecatepec de Morelos, Estado de México; Morelia, Michoacán; Chiapas y Ciudad Juárez, Chihuahua, en una gira que empezó el viernes 12 y culminó en El Chamizal el pasado miércoles 17.

 

Por último, y no menos importante para miles de personas, la celebración de un bautismo masivo que realizó la Iglesia La Luz del Mundo, de manera simultánea en 53 países, y 50 ciudades de USA, incluida Las Vegas, marca la consagración con Jesús, el deseo de muchas personas de ir por la vida apegadas a los mandamientos del Señor, más que todo ofreciendo amor y tendiendo la mano al prójimo.

 

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