Editorial 11-02-13: Nuestro Día de muertos

A Don Eddie Escobedo Sr (QEPD)

Poco a poquito, pero con paso firme, la celebración del “Día de muertos” toma un lugar en los espacios de la cultura de los Estados Unidos. Pero quizá más importante, esta celebración de a poquito está entrando en la aceptación de toda la gente y no solo la comunidad hispana.

Los Estados Unidos ofrecen lo que muchos otros no. Libertad de hacer, de expresar, oportunidad de emprender, y en eso está el ejercicio de las costumbres y tradiciones de las comunidades migrantes. 

En particular los hispanos, los mexicanos de Las Vegas son muy dados a celebrar sus tradiciones, sus costumbres culturales y la de Día de muertos es una de esas. Solo se necesitaba que algunas personas como Irma Varela-Wynants y ahora Érika Borges pusieran su trabajo, su empeño y recibieran apoyo para que la gente les respaldara con su participación. 

El ejemplo pionero de eso es el tradicional “Festival Vida en la Muerte”, del Centro Cultural Winchester, que ahora cumple 13 años. Le ha seguido el que hace el Springs Preserve, con Angélica Quiroz y su equipo de personas dedicadas. Aunque con filosofía y características un poco diferentes a la del Winchester, el Springs Preserve contribuye a socializar la celebración del Día de muertos y eso ayuda.

El Día de los Muertos es un tiempo cuando los mexicanos, los hispanos, reúnen la muerte con el recuerdo de sus seres queridos que han fallecido, es un momento muy especial en la cultura que incluye el buen humor. 

La celebración prácticamente está pegada por fechas al Halloween. Pero hay muchas diferencias; contrastan porque Halloween se presenta como espanto, horror, sangre, muerte del modo que es repugnante, con adefesios como los zombies o las brujas. “Es fantasía, solo entretenimiento” dicen sus promotores. Lo es, pero para practicarla con los niños y jóvenes parece que no hubiera más que entretenimiento, consumo y pasar la costumbre.

Está bien, Halloween tiene lo suyo y es respetable como la tradición original, pero a veces no se entiende por qué representar (aunque sea en fantasía) a la muerte horrible que imaginan algunos, con personajes que torturan y causan lo que precisamente una persona equilibrada y una comunidad normal rechazan. ¿Todos rechazamos las matanzas, los asesinatos y la tortura, correcto?

Por el contrario el Día de los muertos es real, trata de la muerte, la que es consustancial de la vida, esa fatalidad a la que todos nos debemos, pero la muerte natural, la que no se puede manipular como cambiarle de canal en la televisión. Y para expresar ese sentimiento y esa conexión con los difuntos la celebración consiste en crear ofrendas, altares con las cosas que a los fallecidos les gustaba: la comida, las flores, la música, en fin.

Pero también están las famosas “Calaveritas” los escritos cortos en versos, expresiones escritas que muestran algo de nuestra cultura, donde la muerte se ve como es: parte del ciclo de la vida que poco a poco vamos comprendiendo y mejor si se hace con buen humor. Hay mucho más.

Gracias al mexicano José Guadalupe Posada (QEPD) artista plástico del siglo antepasado, hoy tenemos el Día de los muertos, patrimonio cultural de la humanidad y también de Las Vegas.

 

Top