Editorial 11-01-14: Tiempo de recordar a los difuntos ...y hablar de la muerte

El “Día de muertos” es una celebración mexicana, ahora extendida a muchas partes del mundo y con sorprendente presencia en los Estados Unidos. Es una magnífica oportunidad para recordar a los seres queridos fallecidos y también para platicar de la muerte. 

Por razones de fecha el Día de muertos está cercano al Halloween (el 31 de octubre). Pero para hablar del Halloween se encarga el comercio. Sobre todo el aparato promotor que tiene detrás con el cine, la televisión y los eventos con “casas de horror”, concursos de disfraces y diversas actividades que conllevan sangre, terror, miedo y monstruos. Así que no le hace falta espacio en este comentario.

Día de muertos (que en realidad son dos días, primero y dos de noviembre) es acercarse a la muerte, la de verdad, pero con sentimientos de amor por los seres queridos; de humor e incluso irreverencia en las expresiones artísticas. 

La muerte es parte del ciclo de la vida. Entonces cada Día de muertos se brindan los momentos para que los vivos, de una manera especial, se acuerden de sus difuntos, los seres queridos que ya no están en esta tierra. Claro está que cada persona tiene sus creencias y no se necesita de una fecha para recordar a los difuntos. Sin embargo en la cultura en la que se reproduce Día de Muertos se presentan las oportunidades para hacerlo de maneras muy expresivas –como por ejemplo las ofrendas--.

Por si usted  se pregunta ¿por qué celebrar un “día de muertos” o por qué darle tanta atención? Se puede resaltar que es una magnífica oportunidad para hablar en familia acerca de la muerte. Sí de esa parte inevitable de la vida del ser humano.

Cierto que nadie quiere la muerte (incluso quienes juegan con Halloween) y hasta se evita hablar de ella. Cuando un conocido o familiar fallece aparece el dolor y se refuerza el temor a la muerte, y claro se desea mantenerla alejada. Pero ahí está y todos los días ronda nuestras vidas porque es natural, es la fatalidad en el ciclo de la vida.

No se quiere vincular este comentario con la muerte producto de crímenes o situaciones de horror fabricado, y sí en cambio con la muerte natural o accidental. Entonces en este sentido, al ver la muerte como el punto fatal de la vida, se haría lógico que en toda familia, en algún momento, se tuviera alguna plática acerca de la muerte, para entenderla y con ello quizá mitigar lo inevitable.

Entre personas equilibradas nunca será posible aceptar la muerte como algo bueno o con alegría. Pero a lo que si ayuda el Día de muertos es a entenderla mejor y hacer más suaves los momentos de dolor por la pérdida de un ser querido. Este es quizá la mejor lección que puede ofrecer esta celebración que con paso firme se afianza en la cultura hispana de Las Vegas. 

Este 2014 vaya con su familia a alguna de las celebraciones e intente platicar con sus hijos, incluso si son pequeños. El ambiente de las ofrendas, las calaveritas y las obras de arte le ayudarán, como lo hace la nueva película “The book of life”.

 

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