Editorial 10-05-13: El cierre del gobierno y la peluquería

Cómo son las cosas. Los Estados Unidos son la democracia más grande del mundo, la que por muchas razones otros países siguen como modelo. ¿Pero ahora qué? ¿También se debe seguir el ejemplo de debatir el presupuesto al grado de semiparalizar la administración nacional y poner en jaque la vida pública?

El martes uno de octubre la nación amaneció con la noticia muy anunciada del cierre de los servicios del gobierno por falta de dinero. El 30 de septiembre se acabó el año fiscal y el uno de octubre empezaba otro, solo que el Congreso no aprobó la asignación de los fondos.

Todo cuesta, no hay nada gratis en esta vida. El funcionamiento del gobierno federal cuesta mucho dinero, tanto que se ha tenido que endeudar inclusive para hacer las guerras. Ese es precisamente uno de los problemas más complejos y difíciles que están en el debate y por el que los republicanos están enojados: la deuda del país ha llegado a límites extraordinarios. Los demócratas lo entienden, todos lo comprenden, pero por ahora no hay manera de parar ese endeudamiento aunque sí trabajar para disminuirlo y eventualmente controlarlo.

El endeudamiento no es nuevo y desde muchos frentes el gobierno y el poder legislativo buscan mecanismos para enfrentarlo. Pero hay facciones que lo toman como bandera para pelear por otros temas. Esta vez el ala ultraconservadora republicana tomó el déficit para, otra vez, tratar de matar la Ley del Cuidado Accesible de la Salud también conocida como Obamacare.

Los ultraconservadores republicanos ahora toman como pretexto el déficit presupuestal para hacer la guerra al presidente; le amenazaron con no aprobar el presupuesto a menos que ordenara aplazar la entrada en vigor de la ley, lo cual ocurrió el primero de octubre, en coincidencia con el inicio del nuevo año fiscal.

La amenaza significaba dejar sin dinero al gobierno y con ello cerrar las operaciones. Como el senado y el presidente no se rindieron la amenaza se cumplió. El martes primero de octubre los letreros de “Closed” aparecieron en miles de oficinas, instalaciones y espacios públicos, desde las oficinas con tareas no prioritarias, hasta los parques nacionales y la NASA, por ejemplo.

Por suerte la administración se las arregla para que las fuerzas armadas, las de seguridad y servicios indispensables continúen sus funciones. ¿Se imagina que los soldados en Afganistán pongan un letrero que diga “Lo sentimos por ahora no podemos pelear pues el gobierno no nos mandará el cheque”. ¿Que los agentes del servicio secreto o la CIA se vayan a sus casas porque el presupuesto para pagarles no se aprobó?

En un comentario aparecido en Las Vegas Sun, el martes primero, el señor Frank Cerabino le dice al senador republicano Marco Rubio: ¿Por qué usted dice que no se debe dar un centavo para sostener la ley de Salud Obamacare? La ley es algo que beneficiará al país, a los miles y miles que no tienen cuidado de la salud. ¿Por qué no empieza por quitarle el subsidio a la peluquería que está dentro del senado, la cual opera con pérdidas de más de 400 mil dólares cada año?

Por cierto el gobierno casi se paralizó, pero los legisladores siguen cobrando sus sueldos. Y quizá siguen teniendo los servicios de seguridad... y la peluquería. ¿Esto es un modelo de democracia a seguir?

 

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