Editorial 08-24-13: Éxito escolar, esfuerzo conjunto

Lo que apunta el titular parece fácil, sin embargo nada más lejos de la realidad, por una razón sencilla que muchos “desconocen” o se hacen los de la vista gorda: el aprendizaje exitoso comienza en casa.

No hay la menor duda de que cuando más involucrados estén los padres en la educación de sus hijos, más cerca estarán éstos del éxito en la escuela y en la vida. La base fundamental de los buenos resultados en la escuela tiene sus cimientos en el hogar.

Cuando este lunes 26 abran sus puertas las escuelas, que es decir la enseñanza, la responsabilidad de padres, maestros y alumnos crece, se multiplica. Convertir las expectativas en una hermosa realidad depende en gran medida de que como engranen estos tres elementos.

Toca a los padres platicar con sus hijos sobre la etapa que comienza, enseñarles cómo convivir con otros alumnos, respetar a quienes los adentran en el mundo del saber y a la escuela como tal, además, inculcarles el hábito del estudio. Desde el momento en que el niño ingresa a la escuela, los padres y maestros necesitan trabajar juntos para desarrollar su potencial académico y social.

Alos maestros, por su parte, corresponde dar lecciones de calidad, enfrentar disímiles caracteres, medir con sapiencia las habilidades de sus educandos, motivarlos y formarlos convencidos de que pueden alcanzar buenas calificaciones y que a ellos pertenece el mañana.

Desde el primer día los estudiantes deben tener conciencia de que se adentran en el mundo del saber, que perder un minuto en su preparación puede reportarles al final una carga muy pesada con respecto a las materias y las calificaciones. Conjugar de la mejor manera, no importa la edad, comportamiento y buenos hábitos de convivencia son tareas impostergables.

El éxito académico se mide también por la habilidad del estudiante para llevarse bien con otras personas. Dos aspectos importantes del aprendizaje son la comunicación y cooperación con otros niños o adultos para alcanzar metas personales y de grupo. Las familias comparten la tarea de definir los papeles y responsabilidades de sus niños, tanto en el hogar como en la escuela.

La seguridad vial y pública

¿Cuántos padres enseñan a sus hijos por dónde cruzar la calle?

¿Dedican un tiempo los padres a explicar a los menores lo concerniente al semáforo, qué significa cada luz y su color?

¿Les ayudan a interiorizar la importancia de cruzar por las esquinas y que es mejor perder un minuto en la vida que la vida en un minuto?

La vorágine de la vida, el trabajo, los problemas en el hogar, pueden ser excusas de los mayores... colosal error. El tiempo que se debe dedicar a preparar a los hijos para la vida es sencillamente sagrado. Y el comportamiento en la calle y lugares públicos forma parte de ese acondicionamiento.

Si es de los que lleva a sus hijos en carro  a la escuela, cuanto antes debe explicarles cómo proceder dentro del vehículo, por dónde y cómo debe bajarse. La educación vial también comienza en casa y es válida para toda la vida.

 

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