Casi se acaba el tiempo para que la Cámara de Representantes (dominada por republicanos) apruebe una Reforma Migratoria. El líder republicano John Boehner continúa respondiendo “no” y evadiendo propuestas de solución. Pero esta vez las fuerzas en favor de la reforma le han puesto plazo y reto: Si para agosto no se aprueba nada, el presidente tomará acción.
La Reforma Migratoria tiene respaldo prácticamente en todo el país, con casi todos los sectores de la sociedad, menos la bancada republicana de representantes y algunas organizaciones antiinmigrantes.
Van más de diez años de debate y luchas. La reforma es una necesidad a resolver que además traería beneficios sociales, de seguridad y financieros. Según el senador Harry Reid (demócrata por Nevada) sustentado en estudios de la oficina del presupuesto, una reforma migratoria aportaría miles de millones de dólares en beneficios y ayudaría a bajar el déficit nacional.
En días pasados demócratas y defensores en toda la nación volvieron a llamar la atención sobre el tema. Por ejemplo el lider de la Cámara Nacional de Comercio le advirtió a los republicanos que, si no hacen nada en migración deben olvidarse de la posibilidad de ganar la próxima elección presidencial.
El plazo se termina el próximo primero de agosto, con los tiempos del congreso. Si para esa fecha no se ha hizo algo entonces el presidente y su equipo de trabajo empezarán a tomar diversas medidas de gobierno, ahora desconocidas, para aliviar la situación del estimado de 11 millones de indocumentados. Así lo manifestó aquí en Las Vegas el senador Reid, líder de la mayoría en el senado en Washington, durante una conferencia de prensa acompañado de líderes empresariales y cámaras de comercio del estado.
La Cámara de Senadores, de mayoría demócrata, hizo su trabajo y tuvo resultados. En junio del 2013 logró una ley de Reforma a las Leyes de Migración que permite un camino a la ciudadanía bajo fuertes requisitos que incluyen tener un buen caracter moral y buenos antecedentes, estar al tanto con el pago de impuestos, aprender inglés, y entrar a la fila en los procesos de inmigración con los respectivos pagos.
Lograr la propuesta fue muy difícil. Los senadores, los comités y el grupo que se formó para impulsar la reforma investigaron, encargaron estudios, escucharon ideas, debatieron, hicieron propuestas; hubo más debate, enmiendas y… el resultado fue una ley de Reforma Migratoria con aprobación bipartidista.
Fue crucial el liderazgo de Harry Reid en el senado, pero también el voto republicano. El presidente Obama lo aplaudió y pidió concluir en la cámara baja.
La propuesta pasó a la Cámara de Representantes donde el líder republicano John Boehner, desde hace un año, no acepta la propuesta de ley del senado pero tampoco propone nada, solo habla. Boehner se dedica a negar, a “torear” a los que preguntan y aparentar que hace pero no hace nada por el asunto. Ahora él y los repiublicanos del no tienen el reto y fecha para actuar. Veremos qué pasa.
