Los ganadores tienen metas, los perdedores excusas
El presidente Donald Trump no reconoce la victoria del candidato Joe Biden, y aquí caben varias interrogantes: ¿Está convencido de que -como afirma- se cometió fraude y va a mostrar las pruebas? ¿Es un mal perdedor? ¿Teme ir a la cárcel?
Por el momento ya anunció que la semana próxima dará a conocer (pruebas en mano) los fraudes realizados en la recién finalizadas (¿?) elecciones.
El pasado martes 3, cuando se contaban votos en varios estados, Trump afirmó desde la Casa Blanca que ganaba las elecciones y “se las querían robar”. Aunque no mostró pruebas ni en ese momento ni después. “Si cuentan los votos legales ganamos fácilmente, pero si cuentan los votos ilegales pueden robarnos las elecciones”, afirmó.
Tal declaración fungió como el clásico Caballo de Troya, y de paso echó una paletada de lodo al sistema electoral estadounidense, considerado por años como el más democrático y transparente...
Cuando circule esta edición habrán transcurrido alrededor de 10 días desde la jornada dedicada a la votación. Y aun no hay un resultado definitivo. Qué chasco.
Sin dudas, de ocurrir algo similar en cualquier nación por aquí cerca, lloverían los comentarios e intervenciones... país tercer mundista, no saben ni contar, no conocen lo que es la democracia, hacen falta observadores, y que por favor diga presente la OEA.
Desde el lunes 10 comenzaron las investigaciones sobre cada aspecto que pueda resultar de peso e incidir en las elecciones, o sea, no en los pequeños detalles, mas bien en los hechos medulares capaces de provocar un cambio, dar un vuelco en lo anunciado hasta ahora y la suma de votos electorales.
Quiere decir que aun no se ha dicho la última palabra. Trump no ha llamado a Biden para felicitarlo y reconocer su derrota, un hecho que muchos consideran no va a ocurrir. Se da por sentado que el actual mandatario no es John McCain.
Y por otro lado no faltan quienes esgrimen que hasta ahora -ante la posibilidad de una investigación criminal- Trump está protegido por la inmunidad que ofrece el cargo, pero al voltear la página puede encarar procesos penales. De manera que no es fácil aceptar el fracaso, está en juego algo más que la presidencia.
Muchos consideran o endilgan al presidente un desempeño polémico y divisivo, que avivó tensiones políticas y raciales, defendió la separación de las familias inmigrantes en la frontera con México, además, varios de sus asesores fueron investigados y condenados, él mismo enfrentó un impeachment por abuso de poder, y como se sabe le lleven críticas por su intento de minimizar el Coronavirus y sus efectos.
Pese a todo, hasta sus detractores y críticos reconocen que ha adoptado buenas decisiones, como la ayuda económica por el Covid-19, la reforma a la justicia penal que reportó beneficios a miles de encarcelados.
Las elecciones resultan hasta el momento un filme de suspenso que al parecer reserva sus mejores momentos para el final.