Donación de órganos y optimismo

Como los buenos boxeadores esto del trasplante de órganos y tejidos vence y convence... salva vidas; se trata de un gesto noble, solidario, que cada vez, aunque no al ritmo deseado, gana adeptos y es bueno que así sea.

Claro que no es ‘coser y cantar’, el trasplante de órganos clasifica también como un avance de la medicina, requiere la intervención de personal especializado por lo complejo que resulta, además de la tecnología requerida. Incuestionablemente uno de los mayores logros de la medicina resulta la capacidad de trasplantar órganos y tejidos.

La reciente firma de un convenio de colaboración entre Nevada Donor Network y una entidad similar del estado mexicano de Guanajuato es sin discusión una buena nueva en torno a la cual hay muchas expectativas, pues si la entidad nevadenses muestra logros considerables, la del vecino país no se queda a la zaga, es la mejor de México por cinco años consecutivos.

Las estadísticas, a las que apela Alma Rodríguez, de Nevada Donor Network, dejan sentado que los riñones son el órgano más demandado, dadas las insuficiencias renales y otras patologías; en México se efectúan trasplantes de médula ósea, riñones, corazón, pulmones, válvulas cardíacas... tras la firma se abre un mundo de posibilidades. Se puede ir muy lejos juntos.

Rodríguez no es ni remotamente una improvisada en el asunto, pues es madre de un niño de nueve años que desde los 19 meses vive con un corazón trasplantado. Ella considera que dentro de la comunidad hispana crece la cantidad de personas que donan, pese a enfrentar desde el punto de vista general el desconocimiento, la propia cultura que permite ver lo de las donaciones como algo tabú, quizás por eso, dijo, aun no llegamos a las cifras que deseamos, pero hay un avance sostenido, y eso es algo alentador.

La reflexión o el análisis en torno a la donación de órganos y tejidos traen consigo aspectos relacionados con lista y tiempo de espera, que muchas veces se convierte, a los ojos de muchos en un tiempo demasiado largo, sobre todo si es inminente la pérdida de la vida; el criterio médico, la empatía o compatibilidad entre el órgano donado y la persona-receptora, son asuntos que no pueden relegarse a un segundo plano, pues cobran una importancia capital.

Tener la posibilidad de disponer de órganos y tejidos, responde, más que todo a las donaciones efectuadas por personas que pueden estar muy bien, saludables, o enfrentan una enfermedad terminal, también a víctimas de un accidente, y se tiene muy en cuenta una previa autorización de ellas o de sus familiares.

 

Insistir, llevar a cabo pláticas con los jóvenes, destacar la extraordinaria importancia de la donación de órganos, es una tarea que no admite espera por su incidencia en la vida misma. Quizás en el futuro se disponga de una reserva de órganos, y también, por qué no, la lista de espera sea sólo un recuerdo.La vida es también optimismo.

 

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