De todo un poco: Los lamerrollos por Sergyo Salgado

 

Cuando venimos a este país todos venimos con la ilusión  de mejorar nuestra situación económica y la de nuestras familias.

 

Muchos tienen cualidades y en poco tiempo logran colocarse en un buen trabajo y ascender en el mismo debido a sus méritos que se sabe ganar en la clase de trabajo que desempeña, otros que carecemos de esas cualidades pues nos volvemos conformistas y nos quedamos estancados en la misma posición.

 

Sin embargo existen otras personas que carecen de cualidades y la única manera en que logran hacer méritos es como lamerrollos, estas personas se vuelven rastreras, y son las que ponen en mal a sus mismos compañeros, si esto les ayuda a quedar bien con sus jefes a quienes les gusta rodearse de esta clase de personas para sentirse muy importantes pues muchas veces ellos son subalternos de otros, con los que también son lamerrollos para poder conservar su trabajo.

 

Los más peligrosos de estos lamerrollos son los subalternos de los subalternos, pues tienen que conservar su puesto y no les importa al que se lleven por delante, se vuelven agresivos con sus compañeros obligándolos muchas veces a desarrollar trabajos que no les corresponden, y por lo regular se lo cargan a los de su misma raza, y a los blancos los tratan con mucha delicadeza pues aparte de ser lamerrollos son racistas, pero únicamente con los suyos pues a los negros les temen dar ordenes, así que les gusta lamer pero son ojetes, esta clase de problemas es muy notorio en los hoteles de Las Vegas.

 

Es humillante que haya  esta clase de alimañas, entre nuestra propia gente.

 

Y lo dicho, dicho está... ¿Miento o estoy en lo cierto? 

Epigrama

Lamerrollos

 

Hay personas tan canijas,

Que para salir de pollos,

Se arrastran como gusanos,

Y se vuelven lamerrollos.

 

Hay personas tan rastreras,

Que si tienen algún mando,

Les gusta cargar al burro,

Aunque al pobre vuelvan pando.

 

Y si hay un jefe presente,

Se pulen con más esmero,

Y solo les hace falta,

Un buen chicote de cuero.

 

Para nuestra propia raza,

No hay peor enemistad,

Que alguien de la misma sangre,

Con poco de autoridad.

 

Para conservar su puesto,

Se vuelven unos rapaces,

Y andan tras de la raza,

Cual de cárcel capataces.

 

 

 

 

 

Top