Corroborando: James Bond en México

La filmación de la última película del súper Agente 007 James Bond, esta vez titulada “Spectre”, nos trajo a la mente viejas memorias de nuestra larga estancia en Las Vegas, cuando hace muchas lunas, a principio de los años 60´s, en la Calle Fremont, ahora cubierta por un luminoso Pasaje, era en ese entonces el “downtown” y único Centro Comercial de Las Vegas, en donde las señoras de entonces hacían sus compras de vestidos de moda y todas esas cosas propias del vestuario de la mujer, simplemente porque... no había otro lugar. En otras palabras, ese era el único “Mall”, en donde ahí mismo en esa calle habían dos “cinemas”, -los únicos del pueblo- abiertos las 24 horas y dormitorios de los desposeídos. Uno de ellos llamado “El Portal”, y el otro no recordamos, pero de cuyo nombre tal vez se acuerden unos de los pocos sobrevivientes de esa época. 

Estamos hablando, como decíamos,  de los principios de los años 60´s. Como pueden ser tal vez Sergyo “Miento o estoy en lo cierto” Salgado, Paco Villanueva, María Escobedo o “junior” Escobedo o Tony Carranza y su fiel esposa Loyda y pare de contar. 

El caso es que en el Cinema El Portal, recordamos vivamente cuando después del trabajo nos reuníamos un grupo de amigos con nuestro Jefe, el inolvidable Joaquín C. Noriega, y a esas horas, después de jugar nuestro acostumbrado Keno, nos íbamos a ver las primeras películas de James Bond, estelarizadas por Sean Connery y luego por Roger Moore, para nosotros los mejores de todos, que hicieron películas de cuyos nombres solo recordamos al “Dr No”, “Desde Rusia con Amor” y “Goldfinger”, entre otras, pero que para aquellos tiempos nos parecían unas cintas, en realidad fuera de serie. Una de ellas filmada en el mero centro de LV, en donde hicieron su aparición los primeros Ford “Mustangs” extra largos, conducidos nada menos que por el mismísimo James Bond.

Y AHORA “SPECTRE”

Bueno, todo lo anterior viene a colación porque en estos días se está filmando la última película de James Bond, nada menos que en el Centro Histórico de México, que si algo tiene es belleza colonial pura y natural, sobre todo ahora que han cerrado el tráfico vehicular en calles tan históricas como Francisco I. Madero, en donde como mencionamos en el artículo anterior se daban vuelo en las sobrias cantinas de esa ópoca, los “lagartijos” porfirianos venidos a menos, primero por la Revolución, y luego por las expropiaciones petroleras y reparto ejidal del Gral. Lázaro Cárdenas, que afectó entre ellos a nuestro abuelo materno. 

Pero volviendo a James Bond, eso nos da material para otra historia, pues recordamos cuando en una de nuestras Convenciones de la NAHP sostenida en San José, California, llamado también Valle del Silicón, nuestra invitada de honor fue Salma Hayeck, en sus principios, cuando todavía no alcanzaba fama mundial. 

El caso es que como un homenaje a nuestra invitada, se exhibió su primer papel estelar, en el que para variar, los cineastas yanquis se dieron vuelo poniendo a México como lo suelen hacer, es decir con locaciones de unos cuantos burros, una bola de borrachos en una miserable cantina, muchos pollos y un camión desvencijado como el transporte en el que salía Salma de su “lugar de origen” hasta alcanzar el “sueño americano”, en donde para variar empieza a trabajar de sirvienta, hasta que un héroe americano, por supuesto rubio y de ojos azules, la rescata para iniciar un turbulento juego de amor. 

Sobra decir que al final de esa “premier” Salma nos ofreció una conferencia de prensa en la que el que esto escribe solo le cuestionó a la estrellita en ciernes: “Salma, pero por que permitió usted que se denigrara a México y a los mexicanos en esa forma, a lo que ella solo respondió tímidamente... “Pues así era el guión”. 

Como dato curioso, (y envidioso) los cineastas hollywoodenses, cuando filman una película acerca de Argentina, siempre filman la Plaza de Mayo y sus avenidas más bellas y metropolitanas que lo hacen pensar a uno que está en una de las tantas hermosas ciudades de Europa. Pero cuando se refieren a México, siempre sacan al burro o un auto o camión desvencijado y una bola de borrachos, panzones y bigotones echando bala, por lo que esperamos que esta vez en la cinta de James Bond, filmada por una compañía inglesa, saque esas partes clásicas en las que están filmando, como son la Plaza Tolsá, una de las más bellas del mundo, en donde se encuentra por un lado el majestuoso edificio de Correos, seguido por la Escuela de Minas, y enfrente el bellísimo edificio que fue de Telégrafos y luego Secretaría de Comunicaciones. 

Y en la parte de atrás lo que fue la Cámara de Senadores hasta hace poco.  Todo esto en la plazoleta en donde se encuentra la bellísima estatua de Carlos IV, conocida como “El Caballito”, obra maestra esculpida también por el arquitecto Manuel Tolsá.

EL ZÓCALO

La otra parte de la película, hasta donde sabemos, se está filmando nada menos que en el Zócalo, en donde da piruetas escalofriantes un helicóptero, suponemos tripulado por James Bond, plaza en la que aunque le busquen no encuentran un rincón feo, pues de un lado se encuentra el imponente Palacio Nacional, por el otro el Palacio del Regente de la Ciudad, por el otro una serie de bellísimos edificios coloniales y como fondo nada menos que la majestuosa Catedral Metropolitana, la primera y más antigua de América, así que si quieren imitar a los cineastas hollywoodenses tendrán que importar unos cuantos narcos y borrachos de cualquiera de sus ciudades, pues estos ya se encuentran en todas partes del mundo.  

Para concluir, para el cine “Made in Hollywood”, en México no existen más que narcos, nacos y cacos... O niéguelo usted. Y sin otra cosa más por el momento... ya seguiremos... Corroborando.

 

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