Al empezar a formar esta columna, que debido a las Fiestas Navideñas estamos adelantando, nos desayunamos con la noticia de que los presidentes Barack Obama y Raúl Castro, éste último en representación del mero mero, quien sigue vivito, coleando y como el Cid Campeador, dando lata, decidieron hacer las paces, aunque sea a medias y de inmediato reanudar las relaciones diplomáticas congeladas, ¿creerá usted?... por más de medio siglo, aunque todavía sin llegar al meollo del asunto, o sea el retiro definitivo del embargo que ha mantenido al sufrido pueblo cubano conduciendo autos Chevrolet 1953 y modelos anteriores, además de la infinidad de privaciones a las nuevas generaciones que no saben ni de qué trata, y por qué se las han pasado sufriendo carencias por el último medio siglo y pico.
Pero eso es material para más adelante cuando sepamos en detalle cuáles serán los beneficios de este nuevo arreglo entre ambas partes, pero que de antemano podemos asegurar que traerá muchos beneficios, entre ellos la entrada y salida libre de la isla, aunque por otro lado, gracias a este arreglo por supuesto la comunidad cubana de Miami, de extrema derecha ya debe estar trepada en la lámpara, así que aunque pensamos que en EU este asunto será noticia de primera plana en las próximas semanas, ya le contaremos lo que dicen los cubanos residentes en México, que son un montón, entre ellos, la mitad del elenco que labora en las comedias y programas de Televisa y Azteca.
JORGE CASTAÑEDA
Pero de lo que originalmente pensábamos escribir es del extracto que haremos de un artículo escrito por Jorge Castañeda, aparecido esta semana en el diario Milenio, en el que pinta un escenario bastante desolador del régimen del presidente Enrique Peña Nieto.
Como se sabe, o por si usted no lo sabe, Jorge Castañeda, quien fuera Secretario de Relaciones Exteriores en el gobierno de Vicente Fox, es hijo del distinguidísimo diplomático mexicano del mismo nombre, y actualmente, aparte de ser uno de los comentaristas internacionalmente más respetados, es también catedrático de la Universidad de Nueva York, así que como verá, su credibilidad y conocimientos están fuera de toda duda.
El artículo de marras se inicia diciendo que hace un mes podía uno pensar que el difícil momento por el que atravesaba el gobierno de Enrique Peña Nieto implicaba decisiones trascendentales, pero ofrecía una gran oportunidad -como había sucedido antes con los gobiernos de Salinas de Gortari o de Vicente Fox- pero ésta ofrecía grandes posibilidades de cambio.
Hoy las oportunidades se han esfumado. En su lugar, una crisis política mayúscula, como no recordamos desde principios de 94 y 95, donde lo apremiante no es aprovechar una oportunidad para efectuar grandes realizaciones, sino simplemente salir del hoyo. Entre otras cosas, después de una encuesta llevada por la firma GEA-ISA, 35 por ciento de los mexicanos encuestados piensa que Peña Nieto debe renunciar. En otras palabras, el gobierno ha perdido la confianza de una gran parte de la sociedad mexicana.
Ante esto, se han escuchado todo tipo de propuestas, unas más inteligentes que otras y otras más demagógicas que éstas. Recogiendo algunas de ellas en pláticas tanto en México como en el extranjero, existen tres: Primero, recurriendo al término francés parlamentario de vieja data, un remaniment ministeriel, es decir, un cambio de gabinete, no cambios en el gabinete.
Se trata de pedir la renuncia al gobierno entero y nombrar un nuevo equipo. Como en todos los cambios de esta naturaleza, un buen número de los salientes serían ratificados o trasladados a otros cargos. Pero se manda la señal a la opinión pública de la conciencia que tiene el presidente de la gravedad de la crisis. No se premia a los que en teoría lo hacen bien, ni se castiga a los que en teoría lo hacen mal. Se admite que la situación es crítica y que se requiere de medidas efectistas. Segunda propuesta, que circula de una manera u otra: reconocer su mea culpa, que se cometieron errores. Errores en estos dos años; errores en los últimos dos sexenios: y errores en los últimos 70 años anteriores. Y que todos esos errores han desembocado en el desastre actual.
Luego hay que explicar por qué se cometieron esos errores, según el hombre mejor informado de México: a saber el presidente. Por último se explica que se propone para rectificar el rumbo. Todo esto solo funciona si se es explícito. De lo contrario el gesto se suma a otros discursos fallidos. Tercera propuesta: convocar en enero, antes o después del viaje a Washington, a una verdadera conferencia de prensa presidencial, con medios nacionales y extranjeros, que puedan preguntar lo que quieran sobre los casos de hoy más los que se acumulen, el tren bala chino, el nuevo aeropuerto, el mando único, el precio del petróleo, el crecimiento económico, etcétera.
Peña Nieto no ha celebrado una sola conferencia de prensa. Hay muchas otras ideas, algunas más inteligentes que éstas, y otras más absurdas. Ninguna de ellas por si sola resuelve la crisis, ni todas juntas con seguridad van a prosperar. Lo seguro a estas alturas es que el escándalo va a seguir, el deterioro se va a agudizar, nuevas revelaciones aparecerán en unos medios u otros, y algo se tiene que hacer. Tememos lo peor. Que no se haga nada. Y aquí concluye este extracto. Cómo la ve querido lector, Castañeda pone el dedo en la llaga.
EL PESO TAMBALEANTE
Y para finalizar en cuanto al tambaleante peso mexicano, solo le podemos decir que aunque suene a consuelo de tontos, -que lo es- es que el rublo ruso se ha verdaderamente devaluado frente al euro y el dólar hasta llegar a 40 por uno, mientras que el peso mexicano, según nuestro genio de las finanzas Agustín Carstens, gobernador del Banco de México, esta “subvaluado” aparte de que está subastando 200 millones de dólares diarios de las cuantiosas reservas con que cuenta el banco para detener a los especuladores... y pa´los que viven del otro lado, pues que les sirva de consuelo que aquí sus parientes están recibiendo muchos más pesos... aunque un tanto devaluados...
Y sin otra cosa, no sin antes desear a nuestros lectores que se la pasen de lo mejor en las Fiestas Navideñas... ya seguiremos Corro... borando.