Primeramente deseamos a nuestros queridos lectores, que en este Nuevo Año ya hayan asimilado la cruda, resaca o como llamen a “ese estado” que dejan las fiestas en los respectivos países de nuestros hermanos hispanos, más los que se agreguen, así como que hayan pasado un mucho, pero mucho mejor Año Nuevo que el que ya se fue, lleno de gozo y felicidad, igualmente que un Día de Reyes lleno de regalos -los que lo celebran- pues aquí en México es otra mini Navidad, aunque esta celebración es dedicada a los niños en forma exclusiva, pues para los mayores queda la famosa Rosca de Reyes con chocolate junto al consabido reparto de juguetes para los niños.
Y ya en el corte de la Rosca de Reyes, en la que supuestamente un “afortunado” encuentra un “muñequito”, al que se le ha faltado al respeto, pues se supone que simboliza a un Niño Dios, por lo que cuando preguntan ¿A quién le tocó el muñeco? (algunos se los tragan) el afortunado se obliga a organizar la Fiesta de la Candelaria el 2 de febrero, esta vez de acuerdo a la tradición, otro brindis que algunos toman de pretexto para organizar otra pachanga, esta sí para los mayores, pues en esto los niños ya no tienen nada que ver, y desde ahí se empieza a sufrir la famosa “Cuesta de Enero”, que no es otra cosa que pagar el costo de estas festividades, ¿como?, pues haciendo cola en el Monte de Piedad, en donde honestamente le guardan sus “joyitas” a cambio de un módico interés. Este es el México que se vive a principios de todos los años.
PEÑA NIETO... ¿POLÍTICO O ESTADISTA?
Y hablando de las cosas más coyunturales que están moviendo a este turbulento México. En la historia socio política de las culturas de los pueblos, (por no llamarle grilla), siempre ha existido una frase que lo puede decir todo, ya que distingue la huella que deja un gobernante a su paso por el poder: Un político es un hombre que se preocupa por las siguientes elecciones. Como son desgraciadamente la mayoría.
Un estadista en cambio es un líder que se preocupa por las siguientes generaciones, y de estos, de la talla de Lázaro Cárdenas o Franklin D. Roosevelt, desgraciadamente los podemos contar con los dedos. Y aquí es donde surge la pregunta, ya que si analizamos el plan de gobierno de Enrique Peña Nieto, cuya popularidad, como decíamos arriba, se ha venido cuesta abajo gracias a dos temas que suenan electoreros.
El primero, es el de la famosa casa blanca, que escribimos con minúsculas porque la Primera Dama, o sea la discutida “Gaviota” ha demostrado tener dinero suficiente para tener esa casa y tres más -ganado por ella laborando en Televisa desde que tenía 15 años-, pero el simple nombre de casa blanca ha dado a los enemigos de EPN, suficiente parque para tener un día de campo.
Y el otro es el problema del tren bala México-Querétaro, cuya licitación se la dio al mismo contratista con que trabajaba en sus tiempos de gobernador del estado de México, hecho que fue agrandado por los medios, los mismos que están acostumbrados a vivir del “chayote”.
De los 43 normalistas ejecutados en Ayotzinapa hay que recordar que fueron desaparecidos por órdenes de una pareja diabólica del PRD, que ya están tras las rejas y lo demás es pura grilla.
Y por eso, aunque suene repetitivo. ¿Es Enrique Peña Nieto un estadista o un político?. Y repetimos, la fórmula dice: “Un político se preocupa por la próxima elección”.... “Un estadista se preocupa por la próxima generación”. Fíjese que analizando el caso, en ese aspecto Peña Nieto sale ganando de calle, pues ninguna de las 14 reformas que se discutieron por tantos sexenios y que Peña Nieto logró consolidar, gracias al discutido “Pacto por México”, que por primera vez unió a los tres grandes partidos políticos... y la cosa es que los beneficios que de estas reformas emanen... para los que no están al corriente, no se verá ninguno bajo el régimen de Peña Nieto, sino los que los que disfrutarán estos beneficios, de materializarse, -como esperamos- serán las generaciones futuras, pues según los que dicen que saben, estos beneficios se verán a partir del año 2020, cuando el gobierno de Peña Nieto ya será historia.
El único beneficio que ya gozamos de la Reforma a las Comunicaciones, es que a partir del 1 de Enero, en México dejaron de existir las Largas Distancias Telefónicas. Cómo la ve.
EL GRAN ERROR DE JFK
Y hablando de otra cosa y ahora que ya es un hecho la reanudación de las relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos, empiezan a salir a relucir los grandes errores históricos, pues se comenta que la operación para remover a Fidel Castro se planeó con el mayor cuidado e iba a contar con apoyo aéreo y naval, y que el sitio que se eligió para efectuar el desembarco era la Playa de Ancón, cerca de la ciudad de Trinidad y la Sierra del Escambray, zona propicia para guarecer operaciones guerrilleras.
Un bombardeo aéreo de la zona detrás de la playa contra los defensores precedería al desembarco, seguido del cañoneo necesario para proteger a los invasores. Y en caso de estar libre el camino a La Habana, la CIA tenía detalladamente planeado un levantamiento civil contra el régimen de Fidel. Finalmente y en caso de requerirse, habría marinos de EU emplazados en Jamaica listos para apoyar a las fuerzas invasoras.
Sin embargo el presidente electo John F. Kennedy, le pidió a su antecesor, el Gral. Eisenhower, que le dejara manejar a él esta operación, a lo que accedió, imprudentemente, el Gral. Eisenhower. Kennedy y su equipo, escépticos del plan para eliminar a Castro, cambiaron todos los planes, y lo demás... pues ya es historia.
Como consecuencia lo que tratamos de transmitir, es que si alguna vez se libera a Cuba, lo que van a encontrar es puro anciano, más los miles que se encuentran en Miami, bebiendo café cubano, aunque éste proceda de Colombia, pero con sus ojos cansados mirando hacia la isla y esperando la ansiada liberación.
Finalmente un dato interesante: cuando Fidel tomó el poder en Cuba, esta tenía una población de alrededor de 6 millones y México 60 millones.
Ahora Cuba tiene poco más de 11 millones y México 120 + los que se encuentran en el otro lado.
Y sin otra cosa más que comentar, como siempre, ya seguiremos... Corro... borando.