Conflicto EUA-Irán, choque de visiones: Adolfo Laborde

Para el investigador Adolfo Laborde, el conflicto entre Estados Unidos e Irán es un choque de visiones, aprovechado por ambos países para capitalizar cada uno su poder político.

Laborde explicó que lo que ocurre actualmente es el desenlace de un proceso de confrontación entre la visión de un país que quiere vender petróleo, que quiere tener una autonomía, y la visión de otro, Estados Unidos, que no está de acuerdo con el pacto nuclear firmado hace algunos años.

El presidente Donald Trump desconoce el acuerdo de 2015 y sus críticas hacia el régimen de la nación persa han hecho que el gobierno iraní sufra las consecuencias de un bloqueo económico.

Laborde destacó la influencia del líder asesinado Qasem Soleimani en Medio Oriente, así como las diferencias religiosas y políticas en la región, que configuran diferentes alianzas. Todo ello llevó a que el presidente de Estados Unidos, temiendo una operación estratégica militar ante algún blanco o interés norteamericano, decidiese matar al jefe de las fuerzas de élite Quds, dijo.

Cuestionado sobre si Irán tiene la capacidad técnica y financiera para ir a la guerra, el investigador aseveró que tiene capacidades para poder mantenerla regularmente, ya que posee “un muy buen sistema de defensa en misiles tierra-aire”, y cuenta en sus costas con patrullas, destructores, y aviones que le han proveído China y Rusia.

Sin embargo, “no podemos hablar de un equipamiento similar al que tiene Estados Unidos de ninguna manera. Ahí tendría que haber cooperación militar por parte de sus aliados”, como China y Rusia, o algún otro vecino.

“La posibilidad de una guerra está ahí, pero en este momento si hablamos de una guerra entre dos países, Estados Unidos e Irán, es asimétrica y sería muy rápida porque Estados Unidos tiene la capacidad técnica, mejores armamentos, para poder terminarla lo antes posible, sin meterse en una escalada como en Vietnam o como lo fue en Afganistán”.

Sobre los puntos susceptibles de ataque, refirió que la primera franja serían los buques, los destructores, los portaviones que están cerca, pero el segundo blanco mucho más viable son las embajadas, las empresas, los barcos mercantes o la población en alguna ciudad de Estados Unidos.

También podría afectar los intereses de algún aliado estratégico como algún país europeo que se encontrara en el acuerdo nuclear, lo cual podría desembocar en una presión política para que Estados Unidos dejara de atacar o llegara a una negociación política.

Laborde dijo que “lo ideal es que no haya guerra”. No obstante, están las condiciones y hay una escalada de amenazas, aunado a que cada vez más sube el tono de ambas partes, incluso de los aliados de cada una.

En cuanto a qué gana Donald Trump con este conflicto, el especialista consideró que administra un capital político al interior, tras esta afirmación de que cualquier presidente en Estados Unidos que tiene una guerra gana, lo cual va en función de si se quiere reelegir.

En opinión de Laborde, la posición de México va a estar delineada en el artículo 89 de su Constitución y el inciso 10 de los principios básicos de la política exterior, basada en la no intervención, la solución pacífica de las controversias y el apego al derecho internacional.

“Podemos manifestarnos como un país neutral, pero cuando tienes una relación tan vigorosa, donde hay un acuerdo de libre comercio que es parte de la integración sectorial de los dos países y donde nuestro país ha apostado a la cooperación y colaboración de Estados Unidos en materia de seguridad migratoria, ante una eventual guerra México tendría que tomar una postura, romper relaciones con Irán, declararle la guerra o mantenerse al margen a través de esos principios de no intervención”, expresó.

Detalló que un problema es la colaboración en inteligencia, porque “si hay un conflicto, lógicamente los norteamericanos van a extender su radio de seguridad y México está en ese radio de seguridad”. Por ello, México tendría que colaborar, para evitar que haya filtraciones y la seguridad de los dos países se vea amenazadas por la incursión de algún grupo terrorista, milicias o fundamentalistas.

Laborde admitió que “estamos en una situación de preguerra”, aunque los oficios diplomáticos tendrán que prevalecer para evitar un enfrentamiento convencional o no convencional porque Estados Unidos ya movilizó tropas.

Confió en que haya negociación, que se llegue a un acuerdo en temas claves que permitan a Irán exportar más petróleo y regresar a los acuerdos nucleares de 2015. Sin embargo, eso dependerá también de la voluntad de Estados Unidos y de la flexibilidad de los otros países.

“Rusia, China o Corea del Norte le van a proveer la tecnología, el propio uranio o bien las capacidades científicas para acelerar el proceso, es un acto complicado, difícil de asegurar que vaya a pasar, pero las amenazas de Estados Unidos orillan a que este tipo de respuestas se den por parte no solo de Irán, sino de sus aliados”, señaló Laborde, sobre la posibilidad de que Teherán desarrolle armamento nuclear.

Políticamente, añadió, a Irán le está beneficiando lo sucedido porque fortalece su unidad nacional. Además, le da mayor campo de acción para acelerar la producción de uranio y tener la capacidad de hacer ojivas, porque los cohetes ya los tiene. Incluso, la nación persa utiliza de manera muy inteligente el conflicto para fines propios y, por supuesto, para poder utilizar el arma nuclear, en caso que la tenga, como un instrumento de negociación o disuasión, tal cual lo ha hecho Corea del Norte.

“Probablemente en un primer momento no atacarán, pero lo que no quieren Estados Unidos e Israel es precisamente que Irán tenga mayor capacidad de negociación política y diplomática, y una estrategia es controlar sus capacidades nucleares”, puntualizó. México (NOTIMEX)

 

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