La Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) analiza una resolución cubana de condena al bloqueo económico del que la Isla es víctima por parte de Washington.
Intitulada “Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos de América contra Cuba”, la resolución, no vinculante, se espera goce del apoyo de la gran mayoría de los miembros de la Asamblea General.
La Habana somete dicha resolución al análisis y votación de la comunidad internacional cada año desde 1992. En ese entonces, 59 naciones mostraron su respaldo a la mayor de las Antillas, sancionada unilateralmente en el plano económico por Estados Unidos desde 1961 mediante el oficialmente llamado por Washington “embargo”.
Para Cuba, más que un embargo, la política de la que es objeto por parte de la norteña nación es un bloqueo económico, comercial y financiero, que codifica todas las medidas hostiles y de sanción unilateral que ésta ha tomado en su contra desde 1959, año del triunfo de la revolución cubana.
Según datos oficiales de la cancillería cubana, las pérdidas acumuladas como consecuencia de la política estadounidense superan los 920 mil millones de dólares.
Para el análisis de la resolución, la 73/8 de la Asamblea General, la representación cubana entregó a los restantes miembros un informe que caracteriza el impacto y las consecuencias del bloqueo en la vida cotidiana de la Isla y sus habitantes.
Tras su estudio, varios oradores y representantes de las misiones permanentes en esta instancia tomarán la palabra y explicarán a la comunidad su voto o posición respecto a la resolución, que formalmente será votada el jueves.
En la más reciente votación, la de 2018, Cuba recabó un apoyo casi totalitario con 189 votos a favor de la resolución y el fin del bloqueo, dos en contra (Estados Unidos e Israel) y ninguna abstención.
El número mayor de respaldos o la votación más compacta se produjo en 2016, cuando Estados Unidos e Israel se abstuvieron, ningún país votó en contra de la resolución o a favor del bloqueo, y 191 Estados miembros explicitaron su respaldo a Cuba y al fin de la política estadounidense.
La abstención de Washington estuvo en sintonía con la política de acercamiento o deshielo que guiaba sus relaciones con La Habana por ese entonces. Iniciada por Obama en diciembre de 2014, dicha política culminó menos de dos años después, con la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca.
Las mayores expectativas con la votación actual giran en torno a la denuncia hecha la víspera por el canciller cubano, Bruno Rodríguez, quien denunció que Estados Unidos ha ejercido presiones sobre seis países latinoamericanos para cambiar el sentido de su voto habitual. Naciones Unidas (NOTIMEX)
