¿Quién nos da permiso?

Por Hilda SOLÍS  

Nunca olvidaré lo que sentí en esa sala; era un evento muy formal. Frente a mí se encontraba un funcionario de gobierno importantísimo que vino a tomar el juramento que pronunciaría para asumir mi nuevo puesto. Con una mano en alto y la otra sobre la Biblia, dije las palabras indicadas y en ese momento empecé mi camino como Secretaria del Departamento de Labor de Estados Unidos.

Sabía que triunfaría ante este nuevo reto, pero reconozco que no todas sentimos esa misma seguridad. Muchas de mis hermanas latinas, sentimos presión inmensa ante desafíos en nuestras vidas: Nos preguntamos, ¿Estoy haciendo lo correcto? ¿Soy yo la persona adecuada para adoptar esta decisión o ser líder? La respuesta es que sí somos capaces.

Ahora, ante las elecciones más importantes de nuestras vidas, este 3 de noviembre, debemos acordar que tenemos responsabilidad y poder inmenso. Tenemos que ejercer esta responsabilidad, y elegir a Joe Biden como el próximo presidente de los Estados Unidos. Cuento esta historia porque Joe Biden fue ese funcionario que tomó mi juramento ese día. Recuerdo lo amable que fue y que discutimos la importancia de que cada persona se sienta empoderada para adoptar decisiones que le afectan, sobre todo en la profesión. 

Yo no hubiera podido lograr lo que he logrado sin el esfuerzo de mis padres. Ellos adoptaron decisiones difíciles para que sus hijos pudieran sobresalir. Lucharon contra enfermedades y bajos sueldos. Éramos siete hermanos, y mi mamá se tuvo que esforzar para mantenernos a todos. Mi madre trabajó en una fábrica de juguetes y las condiciones eran pésimas. Sus patrones siempre menospreciaban a los trabajadores: les forzaban a trabajar días largos, y horas parados de pie sin descanso. Esto fue injusto.

Junto con su sindicato, mis padres exigieron que su patrón les compensara adecuadamente, les diera beneficios y seguro médico. Gracias a los esfuerzos de trabajadores como mis padres, yo tuve aseguranza médica hasta el día que me gradué de la universidad. Hoy nos encontramos en una posición similar. Las acciones de Donald Trump están perjudicando a las familias latinas. Al negarse a atender la pandemia de manera responsable, Trump nos ha expuesto desproporcionadamente al COVID-19.

De igual manera, el COVID-19 ha exacerbado la inequidad racial que persiste en nuestro país. La comunidad latina ha sufrido y muerto por el coronavirus en tasas mucho más altas que otros grupos. El 21% de las muertes por COVID-19 son latinos, a pesar de ser el 18% de la población. Los latinos tienen tres veces más probabilidades de ser infectados por COVID-19 y los latinos están muriendo al doble de la tasa de los blancos.

¿Cuánto más aguantaremos estas condiciones por la falta de responsabilidad de Trump? El efecto de la pandemia se agudiza en nuestra comunidad por lo mucho que sentimos la crisis en el bolsillo. Hay más de 3 millones de latinos desempleados. Cuatro de cada 10 familias latinas con niños pasan hambre y uno de cada tres negocios latinos ha sufrido impacto económico debido al COVID.

Estos desafíos existían antes de la pandemia, y han empeorado a la luz de esta crisis ante la falta de liderazgo de Trump. Si nosotras hubiésemos tomado decisiones tan pobres en nuestros trabajos, nos hubieran despedido. Este es el momento en que nuestras familias y comunidades necesitan ser valientes.

 

Sabemos que cuando las latinas hablamos sin miedo, Trump se siente intimidado. Imaginen si, en vez de tener un presidente delicado que se ofende tan fácilmente y fracasa tanto, votamos y elegimos alguien como Joe Biden, que apoya nuestros triunfos. Podemos lograrlo, pero solamente si votamos. El 3 de noviembre, usaremos nuestra voz para tomar control de nuestro futuro. El 3 de noviembre, votemos por Joe Biden.

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