El ataque fue perpetrado este domingo contra un puesto de control de la policía cercano a la sureña ciudad de Najaf, localizada a unos 150 kilómetros de la capital iraquí, punto en el cual hombres armados abrieron fuego y detonaron un coche bomba.
Fuentes policiales explicaron que el ataque ocurrió cuando dos vehículos fueron detenidos en el puesto de control de la localidad de Qadisiya, y el conductor de uno de los coches hizo estallar los explosivos que llevaba en el interior.
El otro automovilista escapó, pero policías a bordo de patrullas lo siguieron y durante la persecución dispararon y lo abatieron, añadieron.
La explosión causó la muerte a siete policías y heridas a 17 personas, entre ellas varios civiles, confirmó por separado el Ministerio iraquí del Interior y precisó que los conductores planeaban cometer un atentado suicida en la ciudad santa de Najaf, hacia donde se dirigían.
Poco después, el grupo EI distribuyó una declaración en la cual reivindicó la responsabilidad por el ataque, de acuerdo con reportes de la cadena árabe Al Yazira.
Los ataques en el sur mayoritariamente chiíta de Irak son poco frecuentes, pero ha habido infiltraciones desde la provincia de Anbar, en los últimos meses, y Nayaf se considera como capital chiíta de Irak por lo que es vista como un objetivo potencial para los yihadistas.
Mientras, alrededor de 500 kilómetros al norte del país, las fuerzas de seguridad iraquíes continuaron este domingo con su ofensiva contra el EI en Mosul, considerado el último bastión urbano del grupo islamista en Irak.
El Ejército iraquí dio cuenta de los progresos de la ofensiva contra los combatientes islamistas en esa ciudad, que se reanudó el pasado jueves tras una pausa de dos semanas durante las cuales las tropas iraquíes se reagruparon ante la fuerte resistencia de los militantes.
En esta cuarta jornada de operaciones, unidades especiales del ejército avanzaron sobre el sureste de Mosul y retomaron el control de parte del distrito de Karama tras intensos enfrentamientos, pero lograron recuperar los barrios de Intisar y Siha.
Desde la ofensiva respaldada por Estados Unidos que comenzó el pasado 17 de octubre, las fuerzas de élite han vuelto a tomar más del 60 por ciento de la ciudad, según un alto comandante del ejército.
