El presidente Donald Trump nominó al juez federal Brett Kavanaugh, de 53 años, para relevar al magistrado Anthony Kennedy en la Suprema Corte de Justicia, en uno de los anuncios más esperados de su gestión para dar un perfil conservador al máximo tribunal del país.
“El juez Kavanaugh tiene credenciales impecables. Calificaciones insuperables y un compromiso probado de justicia equitativa bajo la ley”, dijo el mandatario al hacer el anuncio desde el salón este de la Casa Blanca, ante un selecto grupo de invitados.
El posible ascenso de Kavanaugh al cargo vitalicio de la máxima instancia judicial del país, inyectará sangre joven al máximo tribunal judicial del país, donde la edad promedio supera los 70 años.
Trump dijo que en su proceso para seleccionar al reemplazo de Kennedy, pasó por alto sus opiniones personales, indicando que “lo que importante no son las posturas políticas de un juez, pero si pueden dejar de lado esas posturas para hacer lo que la ley y la constitución requieren”.
Kavanaugh, actual juez de la Corte de Apelaciones del Distrito de Columbia con sede en esta capital, y una de las más importantes del país, se desempeñó antes como secretario legal de Kennedy, el hombre al que ahora enfila a sustituir.
Cuando George W. Bush hace 13 años lo nominó a su actual cargo, los demócratas pararon su confirmación durante las tres años por considerarlo joven, inexperto y demasiado partidista.
Este último señalamiento derivó de su trabajo con el fiscal independiente Kenneth Starr en la investigación sobre el presidente Bill Clinton, su participación en el recuento electoral en Florida en 2000, así como su trabajo como asesor y luego secretario de personal de Bush.
Su confirmación podría reafirmar el perfil conservador de la Suprema Corte a partir de la filosofía judicial que compartirán cinco de los nueve miembros, incluyendo al magistrado presidente, John Roberts, quien fue nominado por el presidente George W. Bush.
Durante su campaña presidencial, Trump ofreció nombrar a la Suprema Corte de Justicia a jueces de corte conservador, y así lo hizo el año pasado con la nominación del magistrado Neil Gorsuch.
Kennedy anunció dos semanas atrás su retiro del cargo, después de 30 años de servicio, dando al mandatario la oportunidad de nominar a otro jurista de corte conservador.
Nominado al cargo por el presidente Ronald Reagan, Kennedy fue visto con frecuencia como un péndulo por sumar en ocasiones su voto al de los magistrados considerados liberales o moderados, pero la mayoría de su récord dejó constancia de su filosofía judicial conservadora.
Pese a que los republicanos controlan el Senado con una mayoría de 51 escaños, contra 47 de los demócratas, a quienes se suman los dos independientes, se anticipa que el proceso de confirmación será contencioso, avivando el rencor partidista que ha permeado durante el gobierno de Trump.
Algunos senadores demócratas liberales hicieron público su rechazo al nominado días atrás, sin importar su nombre o género, aunque este voto colocará en un dilema a aquellos que representan estados que fueron ganados por amplio margen por Trump en la pasada elección presidencial.
Los demócratas no han olvidado la negativa de los republicanos para que consideraran la nominación después de las elecciones legislativas de diciembre que renovarán parte de las dos cámaras, y donde algunas proyecciones apuntan a que estos podría hacerse del control del Senado.
Aún está fresco el rechazo republicano en 2016 a considerar la nominación de Merrick Garlad para la vacante tras la muerte del magistrado, Antonin Scalia, aún cuando el presidente Barack Obama anunció su selección nueves meses antes de los comicios que ganó Trump, a quien tocó finalmente esa decisión.
Quizá consciente de ello, Trump pidió a los senadores una pronta confirmación de Kavanaugh “y un robusto apoyo bipartidista”. Washington (NOTIMEX)