Tercer debate entre candidatos: Propinó Trump conteo de protección al proceso electoral

Por Roberto PELÁEZ

Había mucha expectativa en torno al tercer y último debate entre los candidatos a la presidencia; ambos estaban convencidos de que se jugaban el todo por el todo, debían lanzarse a fondo en el “face to face” a sólo días de las elecciones el martes 8 de noviembre. Por eso lo sustancial del debate, para muchos superior a los dos anteriores.

A qué programa económico asirse para mejorar la situación del país, cómo encarar el terrorismo, el panorama ante Isis, Siria y la postura de Rusia, si Donald Trump ha hecho o no su declaración de impuestos en los últimos años, además de los problemas de corrupción que ambos aspirantes se achacan, y el hecho mismo de atentar contra el pudor de las mujeres, las ofensas, los casos de algunas de ellas que acusan al candidato republicano de ‘manosearlas’ en contra de su voluntad... fueron entre otros los temas puestos sobre el tapete en el “encontronazo” del pasado miércoles.

Sin embargo todo lo anterior de alguna forma palideció ante la respuesta de Donald Trump de que se “reserva” si aceptará o no los resultados de las elecciones, dicho de otra manera fue un manotazo grosero a la democracia de este gran país.

Podía alguien imaginar que uno de los candidatos alentara la posibilidad de no aceptar la votación de la gente, difícil, por no decir que si algunos pensaban igual se podían contar con los dedos de una mano, de ser así... dónde queda la confianza de los votantes y de millones de personas, incluso más allá de las fronteras estadounidenses, en el proceso eleccionario de la primera nación del mundo. 

No hay dudas, la declaración de Trump, de concretarse tras las elecciones, estremecerá los cimientos sobre los que se asienta Estados Unidos, los principios y la imparcialidad del proceso electoral quedaran muy mal parados... vale preguntarse, si no hay confianza cómo puede sostenerse un proceso que descansa en la democracia. Es un duro golpe.

Ante la insistencia del moderador, el candidato republicano aseveró: “Lo voy a dejar en suspenso”. ¿Será que quiere impugnar el resultado? ¿Quiere incitar a sus seguidores a encarar también lo que suceda en las urnas? ¿Sólo aceptaría el resultado si gana? Está por verse. Con su declaración de dejar en vilo si acepta o no, Trump se abroga el derecho a interponer su descontento e impugnar si el resultado no lo satisface.

Aunque el debate comenzó -y concluyó- sin los saludos que por lo general se dispensan los candidatos, parecía civilizado, con los dos diciendo sus verdades (bárbaras y terribles), un Trump que no las dice en la mejor forma o de la mejor manera, hasta que la Clinton habló de impuestos y el republicano espetó: “qué mujer tan desagradable”...

Quedaron claras las diferentes ópticas, los cristales con que los candidatos miran la presidencia, y sus vías, tan diametralmente opuestas, con que pretenden guiar al país. 

 

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