Por DANICA COTO, Associated Press
SAN JUAN, Puerto Rico (AP) — El policía que presuntamente mató a balazos a tres colegas en el trabajo estuvo en tratamiento psicológico durante una década y había enfrentado tres investigaciones por insubordinación y ausencias injustificadas, dijo el martes un vocero de la policía de Puerto Rico.
Guarionex Candelario Rivera se había ausentado del trabajo durante la mayor parte de diciembre por un justificante médico cuando apareció el lunes sin previo aviso en el cuartel ubicado en la ciudad de Ponce, en la costa sur de la isla, para exigir una reunión con el coronel que supervisa el departamento, dijo el sargento Axel Valencia a The Associated Press.
El coronel Héctor Agosto estaba regresando de unas vacaciones, así que dijo que era mejor que Candelario se reuniera con la teniente Luz Soto Segarra, que fue uno de los agentes asesinados más tarde, señaló Valencia. No estaba clara la razón por la que Candelario, un veterano con 19 años en la fuerza policial, solicitó la reunión, dijo el portavoz.
Las autoridades habían dicho antes que Candelario tomó como rehén a Soto junto con el comandante Frank Román y la agente Rosario Hernández De Hoyos, y luego les disparó.
Candelario recibió dos tiros durante el incidente y está hospitalizado con una bala alojada en el tórax y otra en un brazo, dijo a reporteros el doctor Israel Ayala el martes temprano. El médico indicó que el atacante de 50 años podría tener que ser operado, pero se espera que se recupere.
Juan Rodríguez, inspector policial adjunto, declaró al periódico El Nuevo Día que el esposo de Soto, un policía que trabaja en el mismo edificio, le disparó a Candelario cuando llegó a la oficina de su esposa poco después de que ella fue baleada.
Valencia dijo que las autoridades esperan presentar cargos contra Candelario una vez que mejore su estado de salud.
La fuerza policiaca de Puerto Rico es una de las más grandes en una jurisdicción estadounidense, y la cifra de muertos en la balacera es la más alta en la historia de la agencia. El departamento está pasando por una reforma de 10 años ordenada por las autoridades federales después de que fiscales de Estados Unidos acusaron a agentes de muertes no justificadas, corrupción y violaciones a los derechos civiles.
Valencia dijo que a Candelario se le retiró su arma en 2005 y fue colocado en labores administrativas después de que su supervisor solicitó una evaluación médica y psicológica.
En ese año se realizó la primera de tres investigaciones internas en su contra por insubordinación y ausencias injustificadas, señaló el vocero.
No se encontró causa para actuar en la primera investigación, pero la segunda condujo a las autoridades a emitir un comunicado en el que le ordenaron a Candelario que desistiera de su comportamiento, dijo Valencia. La tercera pesquisa inició en 2013 y no ha sido completada, agregó.
Valencia dijo que a Candelario se le regresó su arma en enero de 2015 por recomendación de un psicólogo, a pesar de que la tercera investigación estaba en proceso.