Pezeshkian llama acabar con las sanciones en su investidura como presidente de Irán

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El nuevo presidente de Irán, Masud Pezeshkian, afirmó que no descansará hasta que consiga el fin de las “crueles sanciones” económicas contra su país y aseguró que priorizará “la participación global constructiva”.

El reformista Pezeshkian fue investido como noveno presidente del país ante el Parlamento iraní, en un acto al que asistieron las principales autoridades políticas, legislativas y judiciales iraníes, así como representantes de más de 70 países.

Ante ellos, el nuevo presidente aseguró que luchará para poner fin a las sanciones estadounidenses que han hundido la economía del país, para lo que tendrá que revivir el pacto nuclear de 2015, que Estados Unidos abandonó en 2018.

“Considero la normalización de las relaciones económicas y comerciales de Irán con el mundo un derecho inalienable y no pararé hasta que levante las crueles sanciones”, dijo el mandatario, que se enfrenta además al descontento popular por la falta de libertades y la mala situación económica.

Algo que supone un auténtico reto como puso de manifiesto la ausencia del jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, en el acto porque las relaciones entre la UE y Teherán “están en su punto más bajo”, y en su lugar acudió el diplomático Enrique Mora.

Europa ejerce de mediadora en las negociaciones para revivir el acuerdo de 2015, que que limitaba el programa nuclear iraní a cambio del levantamiento de las sanciones económicas internacionales.

Al mismo tiempo, Pezeshkian aseguró que su gobierno no “se rendirá ante la presión y la intimidación extranjera contra su país” por lo que llamó a los países occidentales a mantener relaciones basadas en “el respeto mutuo”.

También afirmó que su prioridad en relaciones internacionales es la región, como lo fue de su antecesor el ultraconservador Ebrahim Raisí, quien murió en un accidente en mayo.

“La prioridad de la política exterior de mi país son los países vecinos. Mi gobierno desea una región fuerte libre de interferencias extranjeras”, dijo.

Entre los asistentes destacaron líderes del llamado ‘Eje de la resistencia”, la alianza informal antiisraelí formada por los libaneses de Hizbulá, los palestinos de Hamás y los hutíes del Yemen, grupo que lidera Teherán.

También tuvo palabras para Palestina y afirmó que los “que suministran armas a los asesinos de niños en Gaza no pueden enseñar a los demás humanidad y tolerancia”.

Pezeshkian, cirujano cardíaco de 69 años, toma posesión en un momento de grandes tensiones, tanto nacionales como internacionales, con el descontento de la población por la falta de libertades y la mala situación económica, el conflicto en Gaza, y la mala relación con Occidente y Europa, por su apoyo a Rusia.

En las próximas semanas anunciará su Gabinete y sus ministros, que deberán ser aprobados por el conservador Parlamento, lo que supone el primero de sus obstáculos como mandatario.

Pocas expectativas entre los jóvenes 

Pezeshkian prometió durante la campaña electoral prometió un acercamiento a Occidente y la relajación de la obligatoriedad del velo islámico, pero los jóvenes iraníes tienen muy pocas expectativas acerca de que el nuevo mandatario pueda cambiar las cosas.

“No va a cambiar nada, ni habrá más libertades ni una mejor economía”, dice a EFE un joven de 25 años que se licenció en Psicología, trabaja como barista en un café de Teherán y está tratando de migrar a un país occidental.

“No tenemos futuro”, asegura, y añade que el trabajo de las autoridades debe ser proporcionar oportunidades a su población, “no reprimirnos por cómo nos vestimos o nuestras opiniones”, un punto de vista compartido por numerosos jóvenes entrevistados por EFE. Teherán (EFE)

 

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