La intervención militar rusa en Ucrania es la mayor amenaza a la seguridad de Europa desde la Guerra Fría, advirtió el comandante de la OTAN el miércoles 19 en un discurso en que dejó en claro que la alianza debe dejar de concentrarse en fronteras lejanas y enfocarse en las propias.
“Esa es una llamada de atención”, aseveró el secretario general de la OTAN Anders Fogh Rasmussen, según el discurso escrito que fue entregado a la AP con anticipación.
Rasmussen criticó duramente la anexión de Crimea por parte de Rusia calificándola de ilegal e ilegítima, y justificó la decisión de la OTAN de suspender un operativo naval conjunto que iba a realizar con Rusia para destruir las armas químicas de Siria
Rasmussen además delineó preparativos militares que serán implementados por los miembros de la OTAN, de ser necesario, como reacción a la decisión de Rusia, incluyendo vuelos de vigilancia sobre Polonia y Rumania, y la inversión de recursos para proteger el espacio aéreo de Estonia, Letonia y Lituania.
“Esta es la mayor amenaza a la seguridad y la estabilidad de Europa desde el fin de la Guerra Fría”, apuntó Rasmussen en su discurso ante la Institución Brookings, un instituto de investigaciones políticas en Washington.
Añadió: “Los sucesos en Ucrania son un estremecedor recordatorio de que no debemos dar por sentado que Europa goza de seguridad... Debemos concentrarnos en las repercusiones a largo plazo de la agresión rusa”.
El discurso de Rasmussen mencionó brevemente otros temas relevantes para la OTAN como la guerra en Afganistán, la misión de paz en Kosovo y el combate contra los piratas en Somalia. También describió el fin de la misión de combate de la OTAN en Afganistán y la estrategia “para una nueva relación a futuro” con el país asiático.
La OTAN le ha pedido a Afganistán la firma de acuerdos de coordinación de seguridad a fin de permitir la estadía de tropas multinacionales como entrenadoras más allá del 31 de diciembre. El presidente afgano Hamid Karzai lo ha resistido repetidamente, por lo que los países occidentales depositan sus esperanzas de que su sucesor acceda tras las venideras elecciones presidenciales afganas.
Sin embargo, la decisión rusa ha obligado a Estados Unidos y sus aliados a preguntarse si es buen momento de respaldar la misión en Afganistán cuando sus propias fronteras están bajo presión. Washington (AP)