México tiene una gran deuda con los periodistas, ya que los niveles de violencia no descienden y continúa siendo uno de los países más peligrosos para ejercer esta profesión, expresan Organizaciones No Gubernamentales.
“El Estado tiene una gran deuda con este país, con los periodistas y con sus familias”, dijo Balbina Flores, representante de Reporteros Sin Fronteras (RSF) en México.
El gobierno mexicano reportó el pasado 27 de octubre el homicidio de 260 periodistas en los últimos tres sexenios, con 63 de ellos asesinados en lo que va de presidencia de Andrés Manuel López Obrador, que comenzó el 1 de diciembre de 2018.
El subsecretario de Derechos Humanos del gobierno, Alejandro Encinas, contabilizó 13 asesinatos de comunicadores en lo que va de año, aunque la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) registra 18.
Con estas cifras, inéditas con respecto a años anteriores, la situación resulta preocupante para organizaciones civiles y familiares de víctimas.
“Queda mucho a deber. Es un trago amargo recordar cada 2 de noviembre a los colegas. Recordarlos tiene que ver no solo con lo que hacían en vida o quiénes eran, implica reconocer un abandono por parte del Gobierno y también de la sociedad, que necesitamos que acompañe estas exigencias”, dijo a EFE Juan Vázquez, de la organización Artículo 19.
El 98 % de los crímenes contra la prensa permanecen en la impunidad y Flores recordó que hay 27 periodistas desaparecidos, cuyos casos no han tenido ningún tipo de avance.
Según los datos registrados por Artículo 19, cada 14 horas se registra en México una agresión a un periodista.
Desde el gobierno de México no cesan las descalificaciones a informadores, recurrentes en las conferencias de prensa diarias de López Obrador, quien señala, con nombre y apellido, a periodistas y medios de comunicación que publican información con la que él o su Gabinete no están de acuerdo.
“La descalificación de los periodistas no contribuye al respeto al ejercicio periodístico, porque en general la visión que tiene la sociedad es de un periodismo que no sirve, que no funciona”, compartió Balbina. México (EFE)