Mochilas antibalas contra la epidemia de tiroteos escolares en EEUU

El tiroteo escolar de Uvalde (Texas), en el que en mayo fueron asesinados 19 niños y dos maestras, sigue muy presente entre el profesorado, el alumnado y los padres de Estados Unidos, y se nota incluso en la lista de materiales para la vuelta al colegio, que este próximo curso incluirá mochilas antibalas o transparentes. 

MUCHAS MÁS BÚSQUEDAS

David Artman, fundador y jefe ejecutivo de la tienda especializada en seguridad The Home Security Superstore dice a Efe que en los últimos 30 días ha notado un aumento tanto en las búsquedas como en las ventas de estas peculiares mochilas.

En el último mes casi 9.000 personas han buscado este tipo de morrales en la web de la tienda de Artman, un 3.655 % más en comparación con el mes pasado, un interés que también detectan otros vendedores y fabricantes de mochilas “blindadas”. 

Con respecto a las ventas, Artman dice que han aumentado en general, pero que es difícil contabilizar las de uso escolar porque “hoy en día muchos niños tienen el mismo tamaño que un adulto” y es imposible averiguar cuantas mochilas terminan en las espaldas de menores y de mayores. 

La idea es que, en caso de un tiroteo, el niño pueda usar la mochila como un escudo, pero Artan recuerda que a la hora de comprar este tipo de productos, los padres tienen que tener en cuenta varios factores, como el tipo de protección que quieren, el tamaño y el peso. 

Por ejemplo, una mochila de su tienda con un diseño de emoticonos dirigida para los niños con protección del nivel 3A -es decir, que puede bloquear casi todos los disparos de pistola, incluidas las balas Magnum de 9 y 44 mm- pesa 1,2 kilos y mide 41,91 cm de alto por 30,48 cm de ancho.

Artman recomienda a los padres que corten las dimensiones que ellos buscan en un cartón y se pregunten si su hijo podría protegerse, y que tengan en cuenta que a mayor tamaño, se consigue más seguridad pero a cambio de más peso.

“Estamos haciendo todo lo posible para informar que no todas las mochilas van a detener todas las ráfagas y ciertamente no las ráfagas de AR 15 (rifle que usó Salvador Ramos en la masacre de la escuela de Texas)”, añade.

MOCHILAS TRANSPARENTES 

Otros centros escolares han optado por otras soluciones diferentes en busca de mayor seguridad: así, varios distritos escolares de Texas exigirán este curso entrante que los alumnos de sexto a duodécimo grado (entre 11 y 18 años) lleven mochilas transparentes o de malla. 

“Reconocemos que las mochilas transparentes o de malla por sí solas no eliminarán los problemas de seguridad. Este es simplemente uno de varios pasos en el plan integral del distrito para garantizar mejor la seguridad de los estudiantes y el personal”, dijo el distrito escolar de Dallas (Texas) tras anunciar la medida a mediados de julio. 

El distrito ya compró las mochilas transparentes y está listo para distribuirlas antes del comienzo del año escolar.

UN “TEATRO DE SEGURIDAD”

El presidente de la firma nacional de consultoría en seguridad escolar National School Safety and Security Services, Ken Trump, anota a Efe que tanto las mochilas antibalas como las transparentes aportan una especie de “paz mental” para los padres, más que una “seguridad en sí” para los alumnos. 

Con respecto a los macutos antibalas, Trump, que no está relacionado con el expresidente, señala que más bien son “resistentes a las balas, no realmente a prueba de balas”.

En el caso de los que son transparentes, el experto explica que entrar con una pistola es tan sencillo como enrollarla en una sudadera.

“La realidad es que los que entran con armas a una escuela muy a menudo las llevan encima. Así que creo que eso es una especie de teatro de seguridad, para crear la percepción de que se está haciendo algo y hacer que las personas se sientan emocionalmente seguras”, subraya. 

Además, el experto destaca que tanto los padres como los encargados de seguridad de las escuelas se tienen que preguntar si las medidas en torno a estos raros eventos son efectivas o están creando más ansiedad e inseguridad para el alumnado. Texas (EFE)

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