Por KATHLEEN HENNESSEY, Associated Press
WASHINGTON (AP) — La Casa Blanca ha condenado el pedido de Donald Trump de prohibir el ingreso de inmigrantes musulmanes por considerarlo "tóxico", pero el presidente Barack Obama podría ser el culpable de que un eventual presidente Trump logre aplicar ese plan.
Ante las trabas que le pone el Congreso, Obama ha empleado de manera agresiva sus poderes presidenciales, en particular en materia de inmigración, como herramienta eficaz y políticamente aceptable. Los especialistas en derecho no se ponen de acuerdo sobre si Obama ha acelerado o simplemente aprovechado un traslado progresivo del poder hacia el ejecutivo, pero pocos discuten que le ha allanado el camino a su sucesor.
Según quien sea, muchos partidarios de Obama podrían deplorar el día en que aplaudieron su campaña para sortear la oposición republicana en el Congreso. Las medidas unilaterales que tomó para elevar los patrones ambientales, ajustar las medidas de control de armas y aliviar la amenaza de deportación que pesaba sobre millones de inmigrantes en situación irregular, pueden servir de precedente para medidas que no aplaudirán.
"Los demócratas han demostrado una miopía notable al aceptar esta clase de superpresidencia", dijo Jonathon Turley, profesor de derecho de la Universidad George Washington. Aunque es el abogado de los republicanos que buscan derogar la ley de atención de salud de Obama, Turley dice que está de acuerdo con las políticas del presidente en otros ámbitos.
"Desgraciadamente, creo que muchos demócratas tendrán que pagar la factura", dijo Turley. "En un futuro gobierno escucharán los mismos argumentos utilizados en su contra cuando un presidente distinto busque alcanzar un conjunto distinto de prioridades.
Peter Spiro, experto en inmigración y derecho constitucional en la Universidad Temple, no cree que Obama haya traspasado los límites constitucionales. Pero sí cree que ha dado argumentos políticos a futuros presidentes, sobre todo en materia de inmigración.
"El próximo presidente diría: 'Vean, Obama era un fuerte defensor de esto y yo no hago más que seguir sus pasos'''.
Por cierto, no hay un juicio definitivo sobre hasta qué punto la presidencia de Obama inclinó el equilibrio de poderes entre las cortes, el ejecutivo y el Congreso. Algunos recursos judiciales todavía no tienen sentencia, en particular el que cuestiona la medida ejecutiva que dio alivio temporario a millones de inmigrantes en situación irregular. Mientras tanto, la Casa Blanca debe decidir si sigue adelante con dos medidas ejecutivas provocadas por la oposición del Congreso: una que ampliaría las averiguaciones de antecedentes a compradores de armas y otra que cerraría la cárcel de Guantánamo para trasladar a los presos a tierra estadounidense.
Los veredictos sobre estas acciones en los tribunales, tanto los judiciales como los de la opinión pública, serían factores importantes para conocer el juicio de la historia a Obama y su sucesor.